Deseando viajar de otra manera, sumérjase en un turismo inusual fuera de los caminos trillados, una experiencia única a través del descubrimiento de una de las ciudades más bellas de la región Nord-Pas-de-Calais, también conocida, con razón, como la Atenas del Norte.

Un extraordinario destino de descubrimientos

La privilegiada situación geográfica de Valenciennes, verdadera metrópoli regional y capital de Hainaut, le permitirá conocer el pasado y la historia de la cuenca minera, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2012. El carbón, recurso industrial clave en el siglo XVIII, dará con el tiempo un innegable poder económico a toda esta zona geográfica. También podrá conocer el arte del encaje y la loza, auténticas artesanías valencianas, mundialmente conocidas, cuya delicadeza las convierte en una rareza muy codiciada. Esta tradición de hacer encajes continúa hoy en día, gracias a una escuela que ofrece demostraciones y presentaciones de piezas trabajadas que le encantarán. También puede satisfacer sus impulsos literarios siguiendo los pasos de Emile Zola y el mundo de sus novelas, o descubrir a través de múltiples exposiciones que marcan la ciudad los numerosos artistas que ha visto nacer.

Un testigo del pasado

Rico en un pasado tumultuoso, muchos países han luchado a lo largo de los siglos por su posesión, Valenciennes aún conserva los estigmas de estos períodos sucesivos, que le confieren una innegable riqueza patrimonial, con su torre Dodenne, su recinto fortificado, su campanario, su palacio comarcal, así como monasterios y conventos que harán las delicias de todos los aficionados a la historia durante las visitas propuestas. A menos que sea la tradición del milagro de San Cordón, en el año 1008, con la aparición de la Virgen María al ermitaño Bertholin, que mantiene su atención en estos días de septiembre.

Una ciudad anclada en su tiempo

Por supuesto, podemos salir en Valenciennes. Aunque cuenta con una historia muy floreciente, hoy es una ciudad bulliciosa, enraizada en la modernidad, con sus bares, restaurantes, complejos de ocio, parques y jardines, donde la vida es buena. La diversidad de las actividades valencianas la convierten en un lugar privilegiado para el encuentro, la convivencia y los intercambios culturales. Con la agenda de eventos, sólo tendrá la vergüenza de mezclarse con la multitud que participa en conciertos, carnavales, festivales, folklore u otros ducasses y fiestas patronales, como la ineludible tradición de los gigantes. En cuanto a los epicúreos, no se quedarán al margen y podrán degustar los productos "punta de lanza" de la increíble gastronomía del Norte, ya sea la especialidad salada, la lengua de Lucullus, una deliciosa mezcla de lengua de ternera ahumada y foie gras, o los dulces placeres de los "Sottises" y el pastel de Carpeaux