EL MOLINO
Los Flandes, tierra de tradición, han conservado muchos molinos intactos, algunos incluso repuestos como éste, el molino del castillo, el Kasteel-Meulen. En el pasado, el Mont-Cassel estaba lleno de estos gigantes de madera, unos veinte en total, destinados a la trituración de cereales y oleaginosas. El molino del castillo, primero del nombre, data del siglo XVI y fue incendiado en 1911. El sindicato de iniciativa de Cassel decidió, en 1947, recomprar el de un municipio vecino, Arneke, que se deterioraría tras la muerte accidental del mounier. Abierto al público en 1949, el actual molino se sitúa en lugar del antiguo y sigue funcionando. La visita guiada permite descubrir o redescubrir las técnicas y el material para obtener la harina de la que se ofrece una bolsa a cada visitante. Pero la harina no es única, el lino también ocupa un buen lugar puesto que hay estanques de lino que todavía funcionan, ya que el aceite resultante de la trituración del lino se vende incluso in situ. Visita, sin olvidar admirar el panorama de paso.