Es difícil no caer en el encanto de este restaurante, que se ha integrado en un entorno excepcional sin distorsionarlo. A orillas del lago, frente a las montañas, el muelle es una delicia para los ojos y las papilas gustativas. La carta ofrece una amplia gama de especialidades regionales, con un toque personal que refleja la calidad del saber hacer y el deseo de complacer. Para empezar, ¿por qué no esta chiffonnade de jamón de Coche de Coche de Pardon à Nay, seguida de una pechuga de pato entera con salsa de arándanos y verduras del día y terminada con una fina tarta de manzana? La cocina es una dulce alianza de terroir y refinamiento. Todo es casero! En este entorno verde donde reina la calma, es agradable, después de esta pausa gourmet en un ambiente cálido y acogedor, pasear por las orillas del lago: crepería, glaciar, paseo marítimo, bar y actividades acuáticas.
réservation. Apéro avec assiette de charcuterie à partager. Jusque la tout va bien. La suite est arrivée 50 mn plus tard. Nous interpelons 2 serveurs afin de savoir s'ils ne nous avaient pas oublié ou si la cuisine n'avez pas perdu la commande. Réponse: ils donnaient la priorité au grandes tablets.
Mauvaise fois evidente vu les clients arrivés a posteriori et servis bien avant nous. Service nul et sans doute du favoritisme.
Seule le panorama vaut le coup d'œil.
Belle vue.