LA IGLESIA

Su exterior es sorprendente, con un gran campanario octogonal y dos torres en la parte delantera, una cuadrada y otra redonda, con un campanario en la parte superior. Al entrar, justo a la derecha, hay que admirar los pocos objetos del tesoro: un incensario de bronce del siglo XVI y algunos platos de peltre. En una de las capillas, conocida como la del Santo Sepulcro, hay admirables frescos de 1306, que representan a Cristo en majestad y a los peregrinos pintados entre las columnas. Estos frescos se descubrieron en 1964 y se conservaron gracias a un revoque que los cubría.