CATEDRAL DE NOTRE-DAME

En la ubicación del actual edificio se elevaba una catedral románica del siglo X, de la que no quedaría nada después de 1276. El obispo Raymond de Calmont d’Olt hizo un llamamiento a un famoso arquitecto, Jean Deschamps, que concibió un edificio grandioso en el estilo gótico de moda en aquel momento en el norte de Francia. Este ambicioso proyecto dio forma a una construcción de dimensiones sorprendentes: 107 m de largo y 36 m de ancho. ¡La bóveda de crucería domina a 30 m! Pero pasaron tres siglos y dieciocho obispos antes de completar la obra, cuyo campanario de madera y hojas de plomo, auténtico encaje de piedra, fue devastado por un incendio en 1510. Fue reconstruido, enteramente en piedra esta vez, por Antoine Salvanh (de la antigua Rouergue) en trece años, de 1543 a 1526. El campanario, de 87 m de altura, termina con un campanile dominado por una estatua de la Virgen. Sus gigantescas proporciones permiten ver la catedral desde muy lejos, ¡a más de 30 leguas como se decía antaño! Las torres situadas a ambos lados de la austera fachada oeste, que formaban parte de las murallas, no se terminaron: los trabajos se detuvieron en 1562. El interior sorprende por su grandeza y por la sobriedad de sus delgadas líneas, que contrastan con la rica decoración de las 27 capillas resplandecientes. Por la noche, 500 proyectores iluminan el edificio, revelando los tesoros arquitectónicos más ocultos. ¡Un espectáculo grandioso para el que la oficina de turismo le propone una visita guiada nocturna!