SITIO ARQUEOLÓGICO DE GRAUFESENQUE
Este yacimiento arqueológico llamado "La Graufensenque", de unas 15 hectáreas en Millau, es un vestigio de la ciudad galo-romana.
La Graufesenque es el nombre de este lugar, adyacente a la ciudad, donde durante dos siglos, a principios de nuestra era, se fabricó la famosa cerámica de terra sigillata. Su ubicación en la confluencia de los ríos Tarn y Dourbie permitió a Condatomagus -más tarde Millau- explotar la arcilla de esta llanura aluvial en el siglo I d.C. Las excavaciones, que se iniciaron en 1860, dejaron al descubierto una parte del yacimiento minero, parte que puede verse hoy en día, delimitada por muros bajos que determinan la ubicación de los talleres, las zonas de vivienda y los templos. Una gran fosa, en la que se arrojaron las piezas fallidas, permitió a los arqueólogos elaborar un catálogo de la producción de la Graufesenque, para completar el que se había establecido gracias a las cerámicas encontradas desde el norte de Europa hasta Oriente Medio y reconocibles por sus formas, sus decoraciones y la firma de los alfareros. Inicialmente réplicas de la cerámica italiana, los jarrones de los alfareros de Graufesenque eran famosos por su terracota roja y brillante, estampada con un sello, decorada con follaje, figuras o lisos. La producción se estandarizó gracias al uso de moldes. En el apogeo de su actividad, más de 600 talleres producían millones de piezas que se transportaban por la vía romana a través de Millau a toda la cuenca mediterránea. Se han excavado unos 2.500m2 que dan una idea precisa de la actividad de este yacimiento de unas 15 hectáreas.
Pour compléter cette visite il faut absolument aller au musée de Millau qui consacre une bonne partie de ses salles aux poteries et autres objets découvertes à la Graufesenque.