Gastronomía especialidades locales y vinos Canet En Roussillon

A dos pasos de Oniria, Le Futé le transporta al mundo de los sueños: sutiles sabores de helado, chocolates irresistibles, crêpes y gofres suaves como las olas, una acogida generosa y envolvente, una terraza arrullada por la música del oleaje... No está soñando Estás en el Glacier de l'Aquarium y a punto de probar uno de los mejores helados que jamás hayas probado es una textura fundente, no demasiado fría y un poco sensual. En un espacio de líneas suaves y decoración clara y despejada, regálese un momento de felicidad gastronómica y un poco de amor.

El Mas Baux es una finca de veinte hectáreas, de las cuales doce están plantadas con vides en la garriga. El edificio del siglo XVII destaca desde lejos y parece un barco que navega en un océano de viñas. «La selección comienza en la viña y continúa hasta el embotellado», insiste Marie-Pierre. La agricultura ecológica, la vendimia manual y la recolección en cajas, son el trabajo de un orfebre que acepta la lentitud para obtener vinos profundos y expresivos, muy elogiados por la prensa especializada. Podrá probar todas estas hermosas botellas en la bodega, donde se mezclan material contemporáneosy paredes centenarias.

Una empresa muy joven a diferencia de las recetas que ofrece. Las galletas caseras de Karine y Laurent varían según la temporada. Será atendido en una cálida tienda donde los clientes pueden hacer una pausa para saborear las galletas con un café, un té o un zumo de frutas ecológico. Encontrará turrones, galletas de almendras, bretonas, etc., y productos exquisitos como aceite de oliva, vinagre o mermeladas, aunque nosotros preferimos las rosquillas, el dulce catalán por excelencia.

Este es el segundo año en Canet para Sabrina y Paul, formados por Isabelle Victor, la antigua jefa, que enseñó a la pareja todas las sutilezas del helado artesanal hecho con fruta fresca, y siguen produciendo los 40 sabores naturales a la venta. Los sabores son una delicia para el paladar. Servidos en cuencos o en cucuruchos crujientes, la relación calidad-precio es más que justa. La indiscutible heladería Canet puede haber cambiado de dueño, pero sigue siendo una dirección excelente y fiable que se ha convertido en una visita obligada para Le Petit Futé y sus lectores.

Gustumo, del esperanto, significa «el sentido del gusto», así que ya sabe por qué entra en esta bonita y acogedora bodega. Jean-Philippe le aconsejará si desea crear una bodega propia y lo mismo hará con los maridajes. Puede confiar en él, es un amante del vino y conoce perfectamente sus productos. Un rincón dedicado a las exquisiteces (vinagres Banyuls y Maury, tapenade, foies gras) le permitirá llevar pequeños regalos y detalles refinados de última hora. Un lugar lleno de vida y locura, dirigido por una persona apasionada.

Marc procede de una larga tradición vitivinícola. Continuamente, la brisa marina viene a refrescar las vides y a ofrecerles una preciosa humedad. La unión entre el clima mediterráneo y los suelos muy pedregosos confiere a sus vinos una fuerte tipicidad. Nos encantó el Grande Terre Rouge, elaborado a partir de dos parcelas vecinas de viñas viejas (Syrah y Garnacha Negra). No olvidemos mencionar el nuevo vino «versión original» sin sulfitos: ¡solo fruta en boca! Un vino flexible y goloso, lleno de frescura. ¡Un valor seguro!

Cathy y Philippe le dan la bienvenida a dos casas rurales contiguas a su hogar, una auténtica masía catalana, situada en el corazón de una finca vinícola de cuarenta hectáreas, plantada con vides centenarias, y que se extiende sobre terrazas de guijarros con vistas al mar cercano. Les Vendangeurs puede alojar a nueve personas en una casa independiente y bien amueblada. Les Porteurs, ideal para seis personas, se encuentra en la exuberancia de las buganvillas. Querrá quedarse mucho tiempo por su encanto y fantasía, los tonos cálidos o ácidos y los bonitos materiales que se han utilizado.