IGLESIA DE SAN JUAN BAUTISTA
Un edificio con absidiolos románicos, una nave gótica meridional y una virgen dorada
Este edificio ha sufrido grandes transformaciones a lo largo de su existencia. Reconstruido en parte en el siglo XIV, sufrió graves daños durante las Guerras de Religión, que provocaron importantes modificaciones. No obstante, el monumento ha conservado sus ábsides románicos, que enmarcan un coro del siglo XIV. Su impresionante nave gótica meridional está subdividida en tramos por arcos sobre los que se apoya la armadura del edificio. Otra característica de este periodo son las capillas laterales entre los contrafuertes. Su decoración data más bien del siglo XVII, en particular su retablo de madera —desaparecido en el siglo XIX— y las pinturas del coro, visibles antes de la restauración de 1980. Entre sus muros se conserva una hermosa Virgen de madera dorada de finales del siglo XVII. También destaca la antiquísima puerta de los Penitentes, de época románica (siglo XII), situada al final de la nave de la iglesia, cerca de la Cruz de la Misión.