PARECIDO FAMILIAR
En la región desde hace más de 30 años, Evelyne y Gilles Pradier (así como sus hijas Estela y Flora), apicultores-criadores de profesión, han querido crear un lugar de encuentro entre el hombre y la abeja. Por supuesto, la explotación y la comercialización son sus vidas cotidianas, pero han querido aportar otra cosa. A través de una exposición de fotografías e instrumentos antiguos, y de un diapositivas, el visitante se familiariza con las técnicas de la apicultura y el papel de la abeja en la naturaleza. Gracias a las 400 colmenas de la explotación y desplazadas en la región a lo largo de las estaciones, la miel ofrece sabores diferentes: ruidos, garrillas, romarin, lavanda, castaños, tiszul… que también se encontraron en los productos derivados: gelatina real, polen, filetes…
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