LE PETIT MONTMARTRE
Lejos de ser la más conocida de todas, el Pequeño Montmartre sigue estando entre las buenas mesas de la ciudad. Además, forma parte de los establecimientos "gay friendly" de Béziers. En la cocina, el chef parte de una base clásica y deja libre su inspiración y su creatividad. El resultado es más apetitoso. Nos conformamos con pequeñas obras maestras de sabores como los pequeños gambas de gambas y rougai, este huevo lechero con foie gras y magret, esta verrina todo salmón y espuma de wasabi; esta pieza de buey y su lingota de patata y salsa morillas, este tajine de mejilla de vestuario de limones confitados o el supremo de pintada con salsa de hulla; todo en un plato bien elaborado y una cocción perfecta. El postre llegará al momento en que termina esta sinfonía de sabores, con una tarleta de limón verde y desestructurada o una pasta para untar casera y sus bastoncitos de brillo perdido. Hablando de chefs, hablemos de arte: el guiño en el barrio parisino de Montmartre proviene de lo que el restaurante pone a disposición de las cimesas para artistas deseosos de exponer sus cuadros en este bonito lugar.