SALÉ SUCRÉ
El Salé-Sucré es la cafetería del Semaphore, "una pausa cinematográfica en el curso de las cosas", como dice el pub. Por supuesto, aunque no vayas a ver una película, podrás pintarte aquí, comer un pastel a la hora del té, los fundantes de chocolate o castañas son divinos. En la entrada, toma el pasillo lleno de folletos y flaquezas culturales del momento y asegúrate tranquilamente de la sala del fondo. La comida rápida se hace en un ambiente relajante. A la pizarra, una selección de tartas saladas con sabores y forros que varían según las estaciones (2,70 euros la parte). Las fórmulas con crueldad (3,40 euros) o gran ensalada completa (6,10 euros) hacen alternar gratins, lasaña, mosca u otras tortas vegetarianas. Cambio de temporada también para los crumbles o tartas de frutas (2,10 euros). Durante el invierno, se puede degustar en el naranja o en la castaña (2,60 euros) con un té verde o un café Nadal (1,20 euros). Muy buena relación calidad-precio, para una cafetería alternativa que tiene gustos y ideas ecologistas.