LE FOURNIL DES SENS
Olivier, aprendiz luego empleado de los lugares, ha viajado mal su trabajo antes de volver a utilizar, en el Vigán, la estrella de los lugares: el antiguo horno de madera que hace de esta panadería, además del saber hacer del maestro del lugar, un must en la materia. Un horno maquillado con un manejo que permite ajustar la temperatura. El quemaje lento, la fermentación larga y el diseño a mano son las tres etapas necesarias para el buen pan, etapas que Olivier respeta a la carta y se gestiona con la máxima seriedad. Pan completo, completo, de sésamo, centeno, de pequeño escandalo, harina de arroz o quinoa, o adornadas con aceitunas, adormidera o girasol, estos panecillos están cubiertos por cualquier plato. Quien dice verdadero pan dice verdadera delicia.