CASTILLOS EN EL HIELO
Si La Roque-sur-Cèze, a media hora en coche de Bagnols, se considera uno de los pueblos más bellos de la región, no es por nada. Ubicado en lo alto de una colina, este pequeño pueblo medieval con callejuelas escarpadas y desde el punto de vista de cortar el aliento encantará a los amantes de las piedras antiguas y de autenticidad con sus casas típicas de piedra vista ligeramente cortadas y pegadas unas a otras de forma un tanto anárquica y muy atípica. Pasear es una auténtica alegría, tanto más cuanto que, incluso en temporada alta, la aldea es relativamente tranquila y poco frecuentada. Más abajo, la Cèze desarrolla sus meandros entre inmensas rocas de platos blancos y blancos, donde se puede tomar el sol, relajarse o incluso picnic. Aquí, el río también es conocido por sus famosas "ollas", las porciones de la Cèze rodeadas por rocas. Las ollas en las que se prohíbe formalmente bañarse ya que el agua es un efecto sifón y puede arrastrar a los bañistas hacia el fondo. No obstante, estén tranquilos: las ollas no cubren toda la longitud del río y persisten muchos lugares donde bañarse o canoa. En cualquier caso, entre callejuelas típicas todas de geraniums floridos y río refrescante, La Roque-sur-Cèze es una auténtica joya que combina encanto y historia, y sería una pena perderlo si llegas a la esquina.