Fincas vinícolas Gruissan

Según Pierre Richard, «un buen vino es primero una buena uva» y es en el dominio de Bel Evêque donde el actor encontró su felicidad en 1986. Enamorado de este espacio auténtico, salvaje y árido, ha hecho de él su lugar de vida y su territorio vitícola. Corbières, siyrah, garnacha y carignan, todas estas vides maduran aquí acariciadas por la brisa marina. Resultado: el vino tinto es a la vez poderoso y suave. Entre la rica variedad de vinos DOP Corbières imaginada y diseñada por Pierre Richard, hay que citar el Château Bel Evêque. El tinto es madurado en barriles de roble, amplio, generoso, con aromas de frutas maduras, y su rosado, dulce y redondo, con notas de frambuesa. Nuestro flechazo es el Cuvée personnelle, varietal 100 % syrah. Estos vinos acompañan con glotonería las comidas festivas, y también los aperitivos relajados. Con el placer de descubrir los lugares y el vino, en 2016 y 2017, el actor actuó todas las noches de los martes de julio y agosto en las salinas de Gruissan junto con el trío de jazz Urban Wood.

Château Le Bouïs es una de esas fincas que no dejan indiferente. La bodega abovedada combina tradición y modernidad y es una de las más grandes y bellas de la región. Es en este marco donde degustará los vinos del château, cálidos y elegantes vinos AOP La Clape. Las variedades de uva cultivadas en las 35 ha de la finca, en conversión ecológica, se benefician de un método de vinificación suave y poco intervencionista. Todos los días se ofrece una visita autoguiada gratuita para descubrir esta finca con trescientos años de historia.