Chaumes-en-Brie es una pequeña ciudad agradable de recorrer a pie. En la Edad Media era una ciudad fortificada. A partir del siglo XVI, la familia Couperin, originaria de la ciudad, dio a Francia una línea de músicos famosos, uno de los más ilustres fue Louis Couperin (1626-1661), que llegó a ser organista de la iglesia de Saint-Gervais-Saint-Protais en París en 1653, y luego viola da gamba en la Cámara del Rey. El carácter de varias casas y edificios, así como el paso de los Yerres en la parte baja de la ciudad, dan un cierto encanto al conjunto. Por desgracia, no queda nada de la abadía de Saint Pierre, que se arruinó tras la Revolución. Por otro lado, merece la pena ver el pastiche de un castillo medieval construido sobre sus ruinas en 1883 y posteriormente transformado en una escuela infantil. A 2,5 km al norte de la ciudad, sería una pena perderse la vista de las ruinas del castillo real de Le Vivier desde la carretera que une la D144 y la D436. En el número 36 de la calle del castillo (lieu-dit Arcy), los restos de la antigua capilla de Saint-Firmin y una torre recuerdan el lugar que ocupaba el castillo de Arcy. Por último, desde la rotonda cercana al río Yerres, en la salida sur de la ciudad, se puede ver a lo lejos el viaducto de la antigua línea ferroviaria que unía Verneuil-l'Etang con Marles-en-Brie desde la estación de París-Bastilla. Este tramo se cerró en 1939 y ahora está parcialmente cubierto por el sendero de gran recorrido GR1

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