Esta saga gastronómica comenzó aquí en 1761, cuando Pierre-Jean Bernard abrió una tienda. Su compañera Marie-Adélaïde la hizo prosperar y aburguesó lo que entonces era una tienda de ultramarinos, que en 1810 pasó a llamarse "À la mère de famille", en referencia a la madre de familia. La tienda de ultramarinos de moda se especializó en confitería a partir de 1856. En 1984, la fachada de la tienda fue declarada Monumento Histórico: verde con letras doradas, es espléndida. Aquí perdura la tradición: chocolates, helados y confitería siguen haciendo las delicias de los entendidos.
¿Lo sabías? Esta reseña ha sido escrita por nuestros autores profesionales.
Opiniones de los miembros sobre À LA MÈRE DE FAMILLE
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Cependant, le service et les vendeuses exécrable!!!! Les vendeuses se permettent des réflexions déplacés et sont d'une arrogance très très déplaisante.
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