LE POKER D’AS
Este restaurante da fe al proverbio popular que recomienda no confiar en las apariencias. Detrás de sus cortinas discretas en la esquina de la plaza Saint-Amor, el establecimiento goza de una reputación sólida gracias a una cocina tradicional de una calidad excepcional. La carta llena de finura satisface tanto los apetitos clásicos como los golosos más atrevidos combinando cocina regional y modernidad: prensado de pato y foie gras, manzanas y puerros, emulsión de remolacha frambuesa, o sorprendente asociación de crujientes de caracoles a las capuchas perforadas y algunos cangrejos con zumo cortado. Los postres no quedan y a su vez casan tradición y originalidad: pequeño vacherin helado perfumado a la violeta y su paquete de frambuesa, delicias de chocolate con leche, tele de Carambar, y salsa de té perfumado con jazmín… La sala es a menudo compensa, también recuerda reservar para estar seguro de probar esta buena cocina procedente de nuestra región.
A faire absolument,