PLAZA ST. NICHOLAS
La plaza de Bastia cuenta con numerosos monumentos interesantes y es una de las plazas más grandes de Europa, lo que la convierte en un lugar ideal para pasear.
Es el gran foro, el ágora, el último lugar donde se habla, donde se fraguan las intrigas políticas y los romances en ciernes. La plaza Saint-Nicolas, una de las más grandes de Europa con unos 280 metros de largo y 80 de ancho, está plantada de palmeras centenarias y es el punto de encuentro de todos los paseantes que vienen a respirar el aire marino bajo las palmeras o a disfrutar de una copa al sol poniente. Aquí los niños juegan sin peligro y el ambiente es agradable. Durante mucho tiempo, esto no fue más que un erial, y no fue hasta la década de 1830 cuando se empezó a ganar terreno al mar con relleno procedente de la construcción de la línea de ferrocarril. Siguieron los árboles, luego los monumentos, en particular la estatua de Napoleón I como emperador romano (1854), el quiosco de música construido en 1907 para acoger a las bandas militares y, por último, el memorial de guerra erigido en 1935 por dos escultores de Bastia. Hoy en día, la plaza Saint-Nicolas es el mejor escaparate de la ciudad. Está flanqueada por numerosos edificios de lujo, los famosos palazzi d'americani, construidos por corsos que hicieron fortuna en Sudamérica. Entre ellos destacan el Palazzu Roncajolo, el Palazzu Agostini y el Palazzo Fantauzzi. No cabe duda de que esta plaza desprende un ambiente típicamente mediterráneo que hace las delicias de locales y visitantes de todo el mundo por igual. Una parada especialmente agradable después de una visita a Bastia, ¡que no suele ser relajante!