ROSARIO DEL DIABLO Y ROCA TAMBALEANTE
Según la leyenda, estos bloques de granito fueron arrojados allí como defensa por un joven novicio perseguido y tentado por el Diablo.
La región del Périgord está llena de leyendas y cuentos. Una de las más famosas del Périgord Vert es la leyenda del novicio y el Diablo en Saint-Estèphe. Se cuenta que estos bloques de granito fueron arrojados allí como defensa por un joven novicio perseguido y tentado por el Diablo. Sin nada más a mano, sacrificó las cuentas de su rosario, que inmediatamente se convirtieron en piedra y ahuyentaron al Maligno. La roca tambaleante, un bloque de granito de 3 metros por 3 metros, quedó en equilibrio sobre una mesa rocosa por el lento trabajo de las aguas del río en medio del cual se encuentra. Contrariamente a la fe inquebrantable del joven monje, esta roca se balancea fácilmente con un simple empujón. Un cordón (o caos granítico) de bloques de granito se extiende a lo largo de unos cien metros, con el agua chapoteando discretamente aquí y allá. Se ha creado un tramo (el antiguo canal que traía agua a los "Petits Moulins"). Invita a descubrir las plantas a lo largo de un sendero etnobotánico. Si un día da un paseo desde el Grand Etang hasta el Etang des Cygnes, suba al "Chapelet du Diable" (Rosario del Diablo) y haga girar una moneda bajo el "Roc Branlant" (Peñón Serpenteante). ¡Se dice que trae buena suerte si la guarda en el bolsillo! Esta fabulosa historia divertirá a grandes y pequeños a lo largo del camino. El sendero parte del aparcamiento del centro de Saint-Estèphe y está muy bien señalizado. Tenga cuidado, el final es empinado y escalonado.