LE BISTROT DU PRESBYTERE
Queyssac se resume en una plaza pavimentada, una iglesia del siglo XVII, un horno de pan y una antigua prestoría transformada en bistró durante muchos años. La sala ha conservado su bonita chimenea y la decoración es moderna y acogedora. Una mesa que no hace ruido, como una misa baja pero que sabe drenar a los amantes de una cocina en la que la región no es única. La fórmula del mediodía con sopa, entrante, plato, postre y un cuarto de vino es un buen negocio. El primer menú le da la vuelta. Al entrar una cabeza de monje, jamón de países, tomates confitados sobre cama de ensalada o la base de la rectoría formada por una terrina de hígado y foie gras. En el plato, las mejillas de cerdo confitadas a las ciruelas pasas de Agen siempre son recetas.