CLUB LE CÂLIN
Cécile nos recibe en un ambiente relajado en un entorno rústico donde la piedra y las vigas expuestas sirven muy bien a la decoración. Después de pasar por el guardarropa, descubrimos un pequeño bar (Licencia IV), una pista de baile y alrededor, bancos dispuestos para no perderse nada de los espectáculos ofrecidos por los clientes. Una escalera nos lleva al entresuelo donde todo ha sido planeado para los "juegos" colectivos. También hay un hammam y duchas, y junto a una chimenea, un jacuzzi para cuatro personas, pero dependiendo de las afinidades podemos acomodar hasta seis. En verano, también puede disfrutar de la terraza con vistas a una gran piscina, lejos de las miradas indiscretas. Para su tranquilidad, el aparcamiento está vigilado por vídeo y para los que vengan de lejos, se propondrán habitaciones de invitados.
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