PALAIS RAMEAU
El Palacio Rameau impresiona con razón el paseo que pasa por el bulevar de la Libertad. En la donación de la ciudad de Lille, Charles Rameau pide que se construya un monumento a su nombre. El palacio, prometido por la ciudad, se inauguró en 1879. Su fachada neoomorisca es considerable y su potente portal mantenido por dos torres cuadradas. Lugar de pasión y de exposición en el siglo XIX, prisión durante la Segunda Guerra Mundial e incluso sala de examen hasta 1960, este lugar se reinventó a lo largo del tiempo. Rodeado de un bonito jardín, la majestuosa cristalera acaba por convencer al visitante de la magnificencia del lugar. Este monumento está declarado monumento histórico desde 2002. Por desgracia, las exposiciones de artes u otras manifestaciones son demasiado raras y no permiten estar a la altura de su prestigio. Una pequeña anécdota, la tumba del agrónomo, Charles Rameau, está vestida con un fresa, un dahlia, un plan de patatas, una rosquilla y una vid a petición. En resumen, un palacio mágico y lleno de historias. Un consejo: aprovecha la siguiente exposición para descubrir desde dentro.