MAISON COILLIOT
Es difícil perderla cuando se pasa delante. Esta casa no se parece a ninguna otra en la calle de Fleurus y, además, es una excepción en el patrimonio arquitectónico. Para la pequeña historia, es un pedido de Louis Coilliot que recurre a un gran arquitecto francés, Hector Guimard (1867-1942), fundador de la Sociedad de Arquitectos Modernos, a quien se deben en particular las famosas bocas de metro de París. Esta casa es muy delicada y recoge algunos de sus aspectos, en particular los motivos de azulejos. Las líneas rectas fluyen gustosamente. La fachada, la cerámica y la lava ofrecen tonos turquesa con dominación verde. La escritura (famosa, que es la utilizada para indicar el nombre de las estaciones en París) es otro detalle que nos sumerge en una armonía arquitectónica. Es sin duda una auténtica obra maestra del arte nuevo, con sus motivos sorprendentes y sus cortesías hechas de madera y hierro. La casa está clasificada como monumento histórico desde 1977. No se visita, pero nada nos impide tomar los ojos a la vista cuando la admiramos.