Los mejores museos Luzon

Fundado en 1911 por la misionera belga Madre Basil Gekière, el museo alberga una colección de objetos que permiten conocer el modo de vida de las siete tribus de la Cordillera. Se exponen fotografías de las costumbres indígenas. Se examinan en detalle las tradiciones de los Igorots, los Bontocs, los Kalingas, los Kakaneys de Benguet, los Ilongots, los Aetas y los Ibalois. En el jardín del museo, réplicas de casas tradicionales muestran herramientas antiguas, jarras, porcelana, joyas antiguas y trajes tradicionales.

Situado en el extremo oriental del Parque Rizal, el Museo Nacional incluye museos de bellas artes, historia natural, el pueblo filipino, etc. Es uno de los museos más interesantes de Manila. Numerosas colecciones y exposiciones temporales recorren la rica y variada historia de Filipinas. Es fácil pasar allí el día y es una muy buena puerta de entrada a la cultura del país. Sobre todo porque no hay mucha oferta cultural fuera de la ciudad, así que ¡aprovéchela!

Interesante museo sobre el héroe nacional José Rizal, cuya muerte inspiró las luchas por la independencia de Filipinas. Restaurado en 2014, expone objetos que le pertenecieron cuando estuvo encarcelado durante dos meses antes de ser ejecutado el 30 de diciembre de 1896. Entre los objetos expuestos hay libros y manuscritos, cartas, esculturas, pinturas, pero también recuerdos de sus numerosas expediciones en barco y objetos de su casa de Calamba. Las proyecciones de vídeo ayudan a rememorar el ambiente de la época.

Inaugurado en el corazón de Makati en 2005, el Museo Yuchengco estaba destinado originalmente a albergar las colecciones de arte del embajador de Filipinas ante la ONU Alfonso Yuchengco, empresario, coleccionista, mecenas y defensor de la educación en Filipinas que falleció en 2017. Hoy en día, la gente viene a explorar la historia del país a través de sus artes y artistas como el famoso pintor y muralista Botong Francisco. En la tienda del museo se pueden adquirir postales, catálogos y otros productos relacionados con las exposiciones.

La ciudad de Marikina (hablamos más de una ciudad propiamente dicha que del distrito de Quezon City, lo cual es lógico para una urbe de 3,3 millones de habitantes) es conocida como la capital del calzado de Filipinas. Se va al museo del calzado para "admirar" la gigantesca colección de zapatos (¡unos 300 pares!) de Imelda Marcos, la esposa del ex presidente-dictador Marcos. También se puede aprender más sobre el proceso de fabricación del calzado y hay un pequeño mercado al lado donde se puede... encontrar el zapato adecuado.

Un museo muy pequeño que recorre la historia del Hotel Manila, este lugar lleno de historia y testigo de la destrucción de la ciudad por los japoneses. Desde 1912, por él han pasado numerosas personalidades como el general MacArthur, el príncipe Carlos, Neil Armstrong o Marlon Brando. También es la ocasión de visitar este palacio en el que, nada más entrar en el inmenso vestíbulo, se da un salto en el tiempo: se retrocede a principios de siglo. El personal va vestido de traje y un pianista llena la sala con una suave melodía en su piano de cola. Un auténtico ambiente de Gran Hotel.

Casa Manila es el nombre tanto de la casa como del museo que alberga. Es una de las casas que conforman el bonito pasaje de San Luis. Construida en la década de 1970, su arquitectura se inspira en las casas del barrio chino de Binondo de ^mediados del siglo XIX. La fachada, algo colorida, es muy bonita. En el museo, un interior reconstruido muestra cómo podría haber vivido una familia rica a finales del periodo colonial. Con muebles de Europa y China, relucientes lámparas de araña, porcelana y dorados, prueba de cierto lujo.

El Museo Metropolitano de Manila es uno de los más importantes de la capital. Es el primer museo de Filipinas que expone arte contemporáneo. Lleva 45 años ubicado en Malate, y en 2021 se trasladó a la nueva y moderna Bonifacio Global City. La institución se ha comprometido a exhibir artistas filipinos contemporáneos y a ponerlos en diálogo con artistas internacionales. Su credo: arte accesible para todos. Amplia programación en línea.

Inaugurado en 2019, el museo de la ciudad de Legazpi es el único museo de la región de Bicol. A pesar de su corta edad, no es el más moderno de los museos, con sus grandes paneles amarillos (es incluso cursi, que digamos) pero la información es clara e interesante. La visita es bastante rápida, en 1 hora, y es perfecta para conocer mejor la historia de la ciudad desarrollando las grandes épocas (precolonial, española, japonesa, americana, la visita del Papa Juan Pablo II, etc.). Interesante para una tarde lluviosa, por ejemplo.

Se encuentra en el Parque Rizal. Y es el museo favorito de los niños. Cuenta con ocho salas temáticas que muestran obras de artistas filipinos, réplicas de barcos, iglesias y casas en miniatura y réplicas de la selva. El museo organiza regularmente actividades para niños durante los fines de semana, como espectáculos de marionetas, cuentacuentos y otros talleres creativos. En resumen, hay muchas actividades recreativas para aprender más sobre las tradiciones y costumbres filipinas mientras se divierten.

En el distrito de San Miguel, en la orilla derecha del río Pasig, se alza el palacio de Malacañang, una gran mansión de estilo colonial terminada en 1802. Nobles españoles, gobernadores de Manila, gobernadores estadounidenses y, por último, algunos de los presidentes filipinos han residido aquí sucesivamente después de que el Palacio del Gobernador, en Intramuros, fuera destruido por el terremoto de 1863. En la actualidad sigue siendo oficialmente la residencia principal y lugar de trabajo del Presidente de Filipinas, aunque no todos han vivido allí.

Ofrece una visión de la historia, la cultura, la música, el arte y la artesanía de Palawan y sus gentes. De hecho, en Palawan viven más de ochenta grupos étnicos diferentes, cada uno con sus propias costumbres y formas de vida. También hay exposiciones de colecciones arqueológicas, geológicas y etnológicas. Se pueden ver jarras y porcelana, herramientas prehistóricas, objetos hallados en las cuevas de Tabon y antigüedades de la época española encontradas cerca de Cuyo.

El monumento está situado en el centro de la isla y es su punto más alto. Fue construido en 1968 por los estadounidenses como homenaje a los soldados filipinos y estadounidenses de la Segunda Guerra Mundial. Allí arriba también hay un pequeño museo, una especie de cuartel reconstruido que alberga recuerdos de guerra. Es un lugar lleno de historia que interesará a quienes deseen saber más sobre el periodo de la II Guerra Mundial en Filipinas.

Este museo pertenece a una de las familias de artistas más famosas del país: los Blanco, cuya madre, padre y siete hijos se convirtieron en grandes artistas. En diferentes estilos, pintan principalmente la vida cotidiana, la vida rural y paisajes. Este museo privado alberga una gran colección de 400 obras. El personal es muy amable y estará encantado de guiarle y darle algunas explicaciones.

Este museo se encuentra en la antigua casa del mártir Padre José Burgos, ejecutado por los españoles en 1872. La visita permite conocer la historia de la provincia y el modo de vida de los habitantes de la época (cerámica, herramientas, ropa, joyas). También se exponen 14 cuadros de Esteban Villanueva (empresario y artista autodidacta), pintados en 1821, que evocan la revuelta de Basi de 1807. El basi es un vino de caña de azúcar: esta revuelta se produjo tras la prohibición española de toda producción de basi en las provincias de Ilocos.

Este pequeño museo, sin pretensiones, está situado en el Parque del Gobernador. Ofrece un animado acercamiento a la vida de las distintas tribus de la Cordillera central, las provincias montañosas. Está lleno de información interesante (eso sí, en inglés). Se exponen objetos de artesanía (tallas de madera, cestas, joyas, cerámica y herramientas para tejer, artículos de prensa). Su arquitectura se inspira, por ejemplo, en las casas tradicionales ifugao, con el tejado piramidal y las columnas de madera para elevar la cabaña.

Terminada en 1908, la mansión es la residencia de verano de los jefes de Estado filipinos. La mansión alberga también un minimuseo con gran cantidad de recuerdos y obras de arte que gobernadores generales y presidentes de EE UU han ido coleccionando a lo largo de los años. Su elaborada puerta de hierro forjado está inspirada en el Palacio de Buckingham de Londres. La residencia linda con el parque Wright, donde se pueden alquilar caballos para pasear por los senderos abrigados de pinos. El lugar es apreciado por su ambiente romántico y tranquilo y sus hermosos jardines.

Esta casa de arquitectura colonial española se convirtió en museo. Fue construida en 1849 y es el lugar de nacimiento de este héroe nacional. Es la ventana de esta casa la que se izó por primera vez la bandera filipina: fue el 12 de junio de 1898, cuando se proclamó la independencia de Filipinas. Recientemente se ha descubierto un paso subterráneo en la parte trasera del jardín. Debía servir de apoyo al movimiento revolucionario.

El Museo Ayala existe desde 1974 y fue renovado en 2019. Es uno de los museos más bellos de la ciudad. Entre sus colecciones, adquiridas a lo largo de los años, encontramos principalmente arqueología, historia, bellas artes e iconografía. A través de sus diversas galerías y exposiciones, se puede explorar la historia y la cultura de Filipinas desde la época precolonial hasta la Segunda Guerra Mundial y los grandes viajes. Periódicamente se organizan exposiciones dedicadas a artistas o temas concretos. Qué ver.

Situado a 15 minutos de Baguio, este museo exhibe una colección permanente del artista nacional Benedicto Cabrera, considerado el mejor artista de su generación de artistas filipinos. Pinturas del maestro, una colección de arte indígena y obras de artistas filipinos contemporáneos. Una tienda de recuerdos, una cafetería y un pequeño sendero forestal completan el agradable entorno. Un interesante museo que consigue fusionar arte y naturaleza, situado en un entorno natural bastante excepcional en el corazón de las montañas. Gustará a los amantes del arte contemporáneo