Parada en Milán
El descubrimiento de este patrimonio único comienza en Milán, la capital de Lombardía, que nunca deja de sorprender.
Viaje al Milán de los locos años veinte
Si es fan de los años 30 y del Art Nouveau(el estilo Liberty en Italia), ¡este es su tour! Villa Necchi Campiglio es un símbolo italiano de elegancia, refinamiento, modernidad y diseño que ha seducido a muchos directores de cine. Esta soberbia villa en el corazón de Milán, rodeada de un suntuoso jardín con piscina y pista de tenis, es un modelo del estilo de su época. Para satisfacer las lujosas exigencias de los Necchi -acaudalados industriales de alto nivel-, el arquitecto Piero Portaluppi diseñó cada una de las piezas del mobiliario interior. El resultado es un precioso escaparate de asombroso lujo y modernidad, rebosante de obras de arte. En el increíble armario de las hermanas Necchi, diviértase contando los sombreros cuidadosamente dispuestos en sus estanterías. Hoy, la boutique de moda milanesa Gallia et Peter, en via Moscova, reproduce lo mismo para los nostálgicos de la moda
Un balcón con vistas al estadio
Visitando el Parco Sempione, en la parte trasera del Castello Sforzesco, ¿se habrá fijado en este airoso edificio cuyas elegantes líneas recuerdan a las del Teatro alla Scala? No es otra que la Palazzina Appiani (1805), uno de los deseos de Napoleón en el marco de la gran remodelación de la zona que vio nacer el Foro Bonaparte, el Arco della Pace y el propio parque, tal y como los conocemos hoy. Con vistas a la Arena Cívica, un imponente anfiteatro urbano dedicado a los acontecimientos deportivos, la Palazzina neoclásica fue concebida como tribuna para las apariciones oficiales de Napoleón y su familia. El interior cuenta con una hermosa sala VIP decorada con lámparas de araña, mármol y un friso continuo que evoca las procesiones triunfales de los bajorrelieves romanos, pintado al estilo del pintor neoclásico Andrea Appiani, de quien toma su nombre el monumento. En las noches de verano, la FAI ofrece visitas guiadas del edificio a la luz de las velas. Una experiencia mágica
Varese y alrededores
Ahora nos vamos a Varese Las dos ciudades están a sólo una hora de distancia. La FAI ha instalado dos hermosos monumentos, rodeados de exuberantes parques verdes y románticos lagos, que atraen a visitantes de todo el mundo.
Una villa luminosa
Al norte de la ciudad, en el corazón de un hermoso jardín italiano, la Villa e Collezione Panza atrae a amantes del arte de todo el mundo, tanto por su continente como por su contenido. Su atípica colección ofrece una experiencia muy especial, casi sensorial. La villa del siglo XVIII alberga una de las colecciones de arte contemporáneo más importantes de Italia. Más de 150 obras de artistas americanos se funden armoniosamente con este antiguo escenario, decorado con todo el refinamiento de la época, así como con una colección de restos africanos y precolombinos. Cada pieza de la colección destaca por su brillo y colorido. El punto culminante de la visita es el Ala dei Rustici, donde brillan, entre otras, las obras de Dan Flavin; un auténtico templo dedicado a los curiosos neones fluorescentes del artista. Alrededor, el vasto parque amueblado con obras de land art invita a relajarse y, por qué no, a hacer un picnic. Si es usted un sibarita, el restaurante Luce hará las delicias de su paladar.
En busca del tiempo perdido
Para una experiencia más bucólica, siempre en la región de Varese, una visita a Villa Della Porta Bozzolo le dará la impresión de retroceder en el tiempo. El lago Mayor no está lejos, y en primavera los jardines de la villa huelen a rosas y camelias. La elegante decoración y el mobiliario del interior, que datan del siglo XVI, recuerdan a las familias que vivieron aquí. Increíblemente, la colección de lámparas de noche antiguas es única en su género Más de 208 teteras de barro y porcelana de formas y colores muy variados se utilizaban para calentar infusiones y sopas, así como para iluminar. Pero lo más espectacular es el parque barroco de la villa. Con sus terrazas, escaleras, fuentes y juegos de agua, la teatral Peschiera evoca los placeres de la época barroca.
Regreso a la Edad Media
Si, por el contrario, prefiere la Edad Media y sus leyendas, diríjase al Monasterio de Torba. Situada a medio camino entre Varese y Milán, esta fortaleza religiosa en plena naturaleza forma parte hoy de un parque arqueológico declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Fortaleza militar a partir del siglo V, monasterio de monjas benedictinas hasta el siglo XV, el lugar ha conservado su decoración medieval al fresco; las siluetas alargadas de las monjas benedictinas sin rostro siguen impregnadas de misticismo. Los entusiastas del deporte pueden aprovechar el sendero para bicicletas de montaña (25 km), que discurre junto al río Olona a través del pintoresco pueblo de Castiglione Olona y el yacimiento arqueológico de Castelseprio, mientras que los gourmets pueden disfrutar de una generosa ración de cocina local en el restaurante ubicado en el antiguo refectorio del monasterio. www.monasteroditorba.it
La villa de un explorador
El descubrimiento de las maravillas lombardas de la FAI continúa, ahora por el lado del lago de Como.
En una pequeña península que se adentra en el lago, una encantadora villa, la Villa del Balbianello, domina lánguidamente las aguas del lago. Para llegar a ella, se puede elegir entre una suave subida por el bosque o un viaje en barco desde Como. La casa es antigua, y en su interior encontrará los recuerdos de su último propietario, Guido Monzino, un ávido explorador y el primer italiano en escalar el Everest. Trineos, pieles y cueros de foca se exhiben a orillas del lago más romántico de Europa. Antes de irte, hazte una foto de recuerdo bajo la emblemática logia porticada cubierta de plantas rastreras.
Una villa junto al lago
A menos de una hora de la Villa del Balbianello y a 40 km de Como, en el lago de Lugano, Villa Fogazzaro ROI es el joyero que conserva los restos de la vida del escritor Antonio Fogazzaro. Fue aquí donde escribió su libro Petit monde d'autrefois. La villa ha conservado un ambiente cálido e íntimo propio del siglo XIX, sobre todo en el estudio que alberga los recuerdos personales del novelista.
