Monumentos a visitar Nouvelle-Aquitaine

Construido en 1834 a 73 metros de altura sobre el nivel del mar y orgulloso de sus 248 escalones, el faro domina el cabo Hainsart, llamado así por los robles que lo rodeaban y que fueron reemplazados por tarays o tamariscos. Este cabo marca el límite entre la costa arenosa de Las Landas y la costa rocosa del País Vasco. Está equipado con una linterna dióptrica y lentes de Fresnel de la época. Podrá visitar el edificio y disfrutar con todas las explicaciones relativas a su construcción y de una increíble vista de 360° de la ciudad.

Esta visita es única y está reservada a los más madrugadores Diríjase al puerto pesquero mucho antes de que salga el sol para visitar la lonja. Un guía le acompañará para descubrir cómo se vende el pescado. Como observador, verá de primera mano los productos que suelen encontrarse en los puestos de las pescaderías del mercado central. También podrá observar el regreso de los barcos o aprender a levantar las redes.

Esta hermosa residencia, clasificada como Monumento Histórico, pone de relieve la arquitectura de principios del siglo XVII. Propiedad privada ocupada siempre por los mismos descendientes, el castillo renacentista muestra una rara estructura con forma de triple casco de barco invertido. Durante la visita, observará muebles originales, cómodas, chimeneas, mesas y pedestales de los siglos XVII y XVIII, así como una biblioteca que le permitirá ojear libros de los siglos XVI y XVII.

La casa Luis XIV, Lohobiague-enea, está decorada con torretas con ménsulas y, desde 2003, forma parte del inventario de Monumentos Históricos. Fue construida en 1643 para un rico armador. En aquella época, las grandes familias edificaban bonitas residencias. Tiene una fachada de piedra adornada con balcones con barandillas de hierro forjado. En el interior, una preciosa escalera de madera lleva al primer piso, a un salón decorado con retratos familiares y a un comedor con carpintería pintada.

El segundo puente-canal, o puente acuífero, más largo de Francia (539 metros). Presenta una estructura bastante insólita, ya que solo hay tres puentes similares en el país. Ofrece una espléndida vista panorámica del Garona y del cerro del Ermitage. Construida con sillares provenientes de Quercy, esta joya tardó diez años en ser erigida. Lugar muy frecuentado por corredores y ciclistas, el puente es un gran punto de partida para una excursión familiar. En 2016 finalizaron las obras de renovación del puente-canal, que ahora está iluminado por la noche. Hay una cafetería para ciclistas y un skatepark en las cercanías.