Los mejores museos Kosovo

Creado en 2002, este anexo del Museo de Kosovo (Muzeu etnologjik, Etnološki muzej) se encuentra en el hermoso konak Emin-Gjik. El museo alberga seis colecciones que representan la vida cotidiana de las familias albanesas de Kosovo durante el periodo otomano: cerámica, objetos de madera, armas, trajes, instrumentos musicales y joyas. Destacan las xhubletas, faldas tradicionales albanesas en forma de campana, las fustanelas, faldas plisadas que llevan los hombres hasta en Grecia, o los collares y broches de filigrana con finos hilos de oro o plata.

Este museo, fundado en 1977 (Kompleksi i Lidhjes së Prizrenit, Kompleks Prizrenske lige) está dedicado al primer movimiento nacionalista albanés, la Liga de Prizren (1878-1881). Se encuentra en dos edificios de estilo otomano que pertenecían al complejo de la mezquita Gazi-Mehmed-Pasha (siglo XVI). Estos edificios han sido remodelados varias veces e incluso fueron trasladados en 1963 para crear la carretera que bordea el río. Pero, sobre todo, son de los pocos monumentos del centro de la ciudad quemados por las fuerzas yugoslavas en marzo de 1999. Reconstruido en junio de 2000, este museo es uno de los lugares más populares para los albanokosovares. Por desgracia, la visita puede ser decepcionante: falta de explicaciones, mezcla de originales y copias, presentación partidista. El más pequeño de los edificios es la casa que albergó al líder de la liga, Abdyl Frashëri (1839-1892). Hay armas y documentos de la época, así como un mapa reciente de la "Gran Albania". El segundo edificio es la antigua escuela coránica donde se celebró la primera asamblea de la liga el 10 de junio de 1878. Se exponen trajes tradicionales (planta baja) y fotografías y obras de arte (planta superior). Obsérvense los dos bronces de la década de 1970 del gran escultor kosovar Agim Çavdarbasha (1944-1999) que representan a los dos fundadores de la Liga, el diputado albanés Abdyl Frashëri y el acaudalado terrateniente de Prizren Ymer Prizreni (1826-1887). Ambos bustos fueron encontrados en el río a finales de 1999.

Este museo regional (Muzeu Arkeologjik, Arheološki Muzej) se encuentra en un complejo de la época otomana que incluye un antiguo hammam (Hamami i Shemsedin Beut, Hammam Šemsidin Bega) y la torre del reloj de la ciudad (Sahat Kulla, Sahat Kula). Alberga una pequeña pero interesante colección que abarca desde el Neolítico hasta la Baja Edad Media (unos 800 objetos). Pero vale la pena visitarlo, especialmente por su arquitectura. La torre del reloj (siglo XIX) está completamente encajada en los baños (siglo XV). Se dice que el hammam fue construido en 1498 por Ahmet Shemsedini Bey, un gobernador local albanés cuya familia dominó la ciudad hasta el siglo XIX. El edificio rectangular está construido en piedra y ladrillo. Está coronada por siete cúpulas cubiertas de plomo que se alzaban sobre las salas calientes. La primera torre del reloj de madera se añadió en el siglo XVII para indicar la hora de las cinco oraciones diarias a los habitantes musulmanes de la ciudad.

Sube a la torre sin reloj. El hammam parece haber dejado de funcionar en la década de 1880. Fue en esta época cuando se sustituyó la torre de madera por la actual (de ladrillo) por iniciativa de Eshref Pasha Rrotulli, miembro de la élite local albanesa, cuyo hermano fue el responsable de la renovación del hammam de Gazi-Mehmet-Pasha (véase la descripción). La torre tiene unos 25 m de altura, pero fue de poca utilidad, ya que durante la Primera Guerra de los Balcanes (1912-1913) el mecanismo del reloj y sus campanas se perdieron y nunca fueron reemplazados. Abandonado durante sesenta años, el complejo fue finalmente catalogado y restaurado en la década de 1970 y convertido en museo en 1975. Tras varios periodos de cierre en los años 2000-2010, vuelve a estar abierto al público. Alberga algunos de los artefactos descubiertos en el Valle del Drin Blanco durante las campañas de excavación de la década de 1960, principalmente lápidas romanas y bizantinas (en el patio), cerámica fina, puntas de lanza y joyas de bronce neolíticas procedentes de yacimientos de los alrededores de Prizren, Dragash/Dragaš, Rahovec/Orahovac y Suhareka/Suva Reka. Si no hay muchos visitantes (que suele ser el caso), un guía puede ofrecerle subir a la cima de la torre, desde donde podrá disfrutar de una hermosa vista de los tejados de la ciudad y de la fortaleza de Prizren.

Fundado en 1949, el museo (Muzeu i Kosovës, Muzej Kosova) se encuentra en el antiguo cuartel general de las fuerzas austrohúngaras (1889). Con una presentación moderna desde 2018, alberga principalmente una colección de arqueología y otra dedicada a la guerra de Kosovo (1998-1999). Desgraciadamente, hay dos cosas que estropean la visita: la falta de información, sobre todo en inglés, y, sobre todo, que nunca se especifica cuándo los objetos expuestos son originales o copias (lo que es claramente el caso de algunos artefactos de la colección arqueológica).

Arqueología - Planta baja. El nombre de la sala ya da que pensar: "los dardanianos". Se trata de un pueblo del Neolítico tardío del que no se conoce casi nada y al que se le atribuyen todos los objetos que aquí se presentan, incluidas estelas romanas y un tesoro de 670 monedas bizantinas. Pero sigamos adelante. Todavía hay cosas muy bonitas. Figuras neolíticas notablemente raras con "cabezas alienígenas": se trata de estatuillas de terracota de la cultura Vinča (7000-3000 a.C.) que representan deidades femeninas o zoomorfas. También en la planta baja, una vitrina alberga efectos personales de Ibrahim Rugova (1992-2006). Aquí encontramos el famoso pañuelo del escritor-presidente, su máquina de escribir y su título de Doctor Honoris Causa otorgado por la Academia de Créteil en 1996.

Periodo reciente - 1^er piso. En la escalera, un retrato de la Madre Teresa realizado con 1,5 millones de grapas va acompañado de una cita de la santa indoalbanesa: "La paz comienza con una sonrisa ". A continuación, una muestra de los sellos emitidos por Kosovo desde el año 2000. Esto sólo es emocionante para los filatelistas. Pero hay que tener en cuenta que estos sellos los emite, de hecho, la oficina de correos de la ONU: es la única forma de enviar correo a los países que no reconocen a Kosovo. Otra vitrina vuelve rápidamente a las revueltas albanesas contra los otomanos en el siglo XIX y principios del XX. Pero la mayor parte de la planta está dedicada a la guerra de 1998-1999. Cuenta con un amplio arsenal de armas y lanzamisiles de todo tipo. También hay algunos uniformes, como el donado por el general estadounidense Wesley Clark, que dirigió la operación Allied Force (marzo-junio de 1999), y el traje que llevaba Faruza Kallaba, un oficial de la Fuerza Aérea estadounidense de origen albanés que participó en los bombardeos como operador de la pluma de reabastecimiento en vuelo.