Los templos más bonitos para visitar Corea Del Sur

Este templo, situado en la montaña de Geumjeongsan, fue construido bajo Silla por el monje Uisang durante el año 18 del reinado del rey Munmu. Mientras los piratas japoneses amenazaban de nuevo las costas, el rey tuvo un sueño que le dijo que fuera al monje Uisang y rezara con él durante 7 días y 7 noches en esta montaña donde había un manantial de oro (Geumjeong) en el que un pez bajaba del cielo (beomeo) nadando. El rey lo hizo y, después de los 7 días de oración, los guerreros bajaron del cielo y derrotaron a los invasores. El monje entonces fundó en este lugar el templo que tomó el nombre de Beom-eosa. Se convirtió en un centro de la secta Hwaeom ("Guirnalda de Flores") que el monje había introducido desde China. El más grande de los maestros estudió y practicó allí. El manantial de Geumjeong todavía se puede ver en la montaña del mismo nombre, detrás del templo; está situado en la cima de una roca de más de 5 m de altura en un hueco de 4 m de circunferencia. El templo floreció hasta que los invasores japoneses lo quemaron durante la Guerra de Imjin (1592-1598). Fue reconstruida de nuevo en 1614, y la sala principal y la puerta de Iljulmun datan de esa época.

Es un hermoso templo que ahora es un centro activo de meditación Zen (seon). Entramos por Iljulmun, uno de los tesoros del templo. En el patio hay una estupa de tres pisos de Silla (Tesoro Nacional). Arriba se encuentra la sala principal, Daeungjeon, dedicada al histórico Buda, que data de 1614. Alberga hermosas pinturas que datan de finales de Joseon. La carpintería interior es espléndida, especialmente el dosel decorado con dragones. El edificio, también un Tesoro Nacional, es sencillo, pero su madera vieja sin pintar le da un aspecto augusto. A la izquierda de la sala principal hay una original estructura tripartita construida en 1905, que alberga un altar a los 16 discípulos del Buda (Nahanjeon) y otro que contiene las 8 pinturas de su vida (Palsangjeon). En el templo, muchos otros edificios son utilizados por los monjes como lugares de residencia, meditación o estudio y no pueden ser visitados. Sin embargo, este templo es uno de los más populares por su programa de estancia en el templo, durante el cual se vive un día, como un monje budista. Es una experiencia cultural rica e intensa. En el programa, silencio, meditación, refrigerio e historia del lugar (a petición hay la posibilidad de tener la visita en inglés). Desde el templo, las rutas de senderismo serpentean por las montañas.

Este templo está situado detrás de la galería Hyundai, cerca de la galería Artsonje. El domingo a las 18 horas hay servicios budistas en inglés. También hay una pequeña biblioteca. El centro organiza todo tipo de actividades para extranjeros, como sesiones de meditación y canto, confección de faroles de papel para el cumpleaños del Buda, etc. Actualmente están construyendo en la isla de Ganghwado un centro de pensiones para extranjeros. El jueves a las 19 horas se celebrará una reunión semanal.

Puede que no sea la ermita más imponente del país, pero tiene el mérito de ser realmente muy original. Y eso es lo que nos atrajo. En marea baja, está conectada a la orilla por un sendero natural, que desaparece poco a poco con la marea alta, colocando así la ermita como en una isla. En cierto modo es un poco como el Monte Saint-Michel. Esta ermita, fundada por el monje Muhak, durante el reinado de Taejo (1335-1408), es muy fascinante y encantadora al atardecer, cuando se refleja con elegancia en el agua.

Aunque no es el más grande ni el más bello, el templo de Borisa sigue siendo agradable. La sala principal tiene interesantes bajorrelieves de madera. Se puede tomar un camino a la derecha (cuidado, se desliza) que sube hasta un bajorrelieve de piedra que representa al Buda del futuro rodeado de llamas que datan del siglo VIII. Un sendero a la izquierda nos lleva un poco más arriba hasta una gran roca tallada en sus 4 lados con varios bajorrelieves budistas de Silla. También observaremos las pagodas grabadas, únicas en su género.

Durante la Dinastía Goryo, este templo se llamaba Jinjongsa y se usaba como un santuario en honor a los antepasados. Construido por el monje budista evangelista Ado, se encuentra dentro de la fortaleza de Samnangseong. Aquí se pueden ver importantes obras arquitectónicas como la Sala Daeungbojeon con sus delicadas esculturas. En sus paredes se pueden leer los nombres de los soldados que lucharon contra las tropas navales francesas. También se descubrirán otros tesoros históricos, como la campana de Beonjong.

La ruta 15 desde Gwangju y Hwasun hasta Boseong es muy bonita. Un poco más allá a la izquierda (está bien señalizado) está el templo de Ssanbongsa. Pasamos por una bonita carretera alpina con coníferas y pueblos limpios y atemporales. La aldea que precede al templo es encantadora, con su antiguo altar familiar(sadang) y un pabellón junto a un arroyo en el que bañarse en verano. El templo es muy pequeño, pero está situado en un bonito parque. Se incendió en 1984, pero ha sido reconstruido. Tiene un vestíbulo muy elegante de tres plantas.