TEMPLO DAEWONSA
Templo en dos partes separadas por un dragón de más de 100 m de largo, con pinturas que representan la vida de Buda en el interior del dragón.
Aunque no es el más grande, es uno de los templos más extraños y únicos que se pueden visitar en Corea del Sur. Se divide en dos partes, una inferior y otra superior. Los dos están separados por un gigantesco dragón de más de 100 m de largo. Justo antes de su desembocadura, cruzamos un pequeño puente de piedra que cruza una charca llena de nenúfares. Puedes entrar en el interior del dragón, pero se te pide que te quites los zapatos y te inclines. Si no está satisfecho con la segunda opción, puede abstenerse de hacerlo, pero la primera opción sigue siendo imperativa. Para el relato corto, la figura del dragón tiene un significado especial. El dragón es sinónimo de buena fortuna pero también de claridad espiritual. También es el que asusta y protege. Dentro de su cuerpo uno no deja de admirar las diferentes pinturas que representan la vida de Buda. A la entrada del vestíbulo principal inferior, nos saludan hileras de pequeños Budas de oro (casi un centenar). Justo al lado está el santuario principal dedicado al bodhisattva del más allá, Jijang-bosal. Hay otros santuarios, pero hay uno en particular que nos tiene reservada una suntuosa sorpresa, el de Sashin-gak. Vemos murales con motivos originales y únicos dedicados al espíritu de la montaña Sashi. Curiosamente, este templo del dragón sigue siendo poco conocido, por lo que es ideal para un poco de paz y tranquilidad. Al pasar por Pohang, no debe perderse este confuso templo.