El traje tradicional
Fue en elsiglo XVII, bajo el liderazgo del1er Shabdrung, cuando se introdujo el uso del traje tradicional en público, en la escuela, en las oficinas gubernamentales y durante las representaciones oficiales. Los hombres visten el gho, una especie de kimono a cuadros o rayas, que suben hasta las rodillas y sujetan a la cintura con un cinturón. Antes, los butaneses no llevaban nada debajo del gho, pero hoy en día usan bóxers o calzoncillos.
Las mujeres, por su parte, llevan un vestido largo, la kira, que se abrocha en los hombros con broches de plata y se ciñe a la cintura con un cinturón. A menudo es de algodón o seda y suele ser de tela a rayas; para las ocasiones más formales, las mujeres prefieren un bonito estampado tejido. Cuando visitan un dzong, los butaneses deben llevar un kabney, un pañuelo ceremonial cuyo color sirve para determinar el rango de una persona. Los ciudadanos de a pie llevan un kabney de seda blanca sin blanquear, mientras que los que ocupan cargos oficiales llevan un color distintivo: amarillo para el rey y los líderes religiosos, azul para los parlamentarios, rojo para los altos funcionarios nombrados por el rey y verde para los jueces.
El acceso a la educación: una prioridad
La educación en Bután ha estado durante mucho tiempo reservada a los monjes. Fue en la década de 1960 cuando elIII Rey reformó el sistema educativo e instituyó la enseñanza primaria gratuita para todos, así como el acceso a la sanidad. La educación es una de las prioridades del gobierno butanés, que quiere seguir mejorando la calidad del aprendizaje en las escuelas primarias y ampliar el acceso a la enseñanza secundaria. El sistema educativo proporciona las bases rudimentarias de la lectura y la escritura, así como conocimientos sobre la historia, la geografía y las tradiciones de Bután. El inglés se enseña ampliamente desde una edad temprana. En la actualidad, cada vez más jóvenes butaneses cursan estudios superiores, pero después hay pocas oportunidades laborales. El desempleo entre los jóvenes licenciados en las ciudades es uno de los principales problemas a los que se enfrenta Bután en la actualidad.
El lugar de las mujeres en Bután
En comparación con el resto de Asia, las mujeres de Bután disfrutan de condiciones relativamente favorables. La discriminación no es habitual y las leyes son iguales para hombres y mujeres. Al nacer, el sexo del niño es menos importante que en los países vecinos, por lo que las niñas no son víctimas de infanticidio o malos tratos. Asimismo, en materia de educación, su tasa de escolarización es una de las más altas de los países de la Asociación del Asia Meridional para la Cooperación Regional (SAARC). Mientras que en el campo las mujeres siguen siendo las principales responsables del cuidado de los niños y de ayudar en el campo, en las ciudades hombres y mujeres comparten las tareas domésticas y la mayoría de las butanesas trabajan. A pesar de ello, y como en muchos países, los hombres predominan en los puestos clave. En 2004, Su Majestad la Reina Madre Sangay Choden Wangchuck creó la ONG RENEW (Respect, Educate, Nurture and Empower Women), que lucha por los derechos de la mujer y aborda una serie de problemas cruciales que afectan a las butanesas, entre ellos la violencia doméstica.
En cuanto al matrimonio, aunque vivir con varias esposas o maridos fue habitual en Bután durante siglos, la poligamia y la poliandria están en declive. Ya sea por amor o concertado, el matrimonio butanés es informal. No hay vestido de novia, ni ceremonia, pero sí la posibilidad del divorcio. Para los jóvenes butaneses de hoy, vivir juntos es un compromiso tan importante como el matrimonio.
Actividades de ocio en Bután
En Bután, el deporte nacional es el tiro con arco: el datse. Todas las generaciones participan en torneos, y ninguna competición comienza sin la ceremonia de la abundancia. Este deporte se practica en dos dianas colocadas frente a frente, a 140 m de distancia. Hoy en día, el tiro con arco se practica de la misma manera tradicional, cambiando únicamente el equipo. Los arqueros han cambiado sus pesados arcos de madera por equipos ultra sofisticados. Aunque este deporte sigue siendo predominantemente masculino, el tiro con arco femenino se está desarrollando gradualmente. Otro pasatiempo que forma parte integrante de la cultura butanesa es el khuru, un juego de dardos en el que los equipos compiten al aire libre para dar en pequeñas dianas separadas entre sí por una distancia de 10 a 20 metros. Un consejo: evite pasar demasiado cerca de una diana de khuru o de un campo de tiro con arco. Cricket, fútbol, baloncesto, golf, taekwondo y tenis completan la lista de deportes favoritos de los butaneses.
El arte de comer
En Bután, los chiles están por todas partes, en los platos pero también servidos como guarnición. Una especialidad nacional, el ema datsi(que significa chiles, ema, con queso, datsi) consiste en grandes chiles verdes o rojos servidos en una salsa de queso. A los butaneses les encanta El arroz rojo, el trigo sarraceno y el queso (chugo, un queso elaborado con leche de yak seca) constituyen la dieta básica, junto con verduras como las judías silvestres, las batatas, el bambú y las setas. La carne se consume fresca o seca (colgada de las ventanas con alambres), en forma de pequeñas porciones de yak, cerdo, ternera o pollo. Hay que tener en cuenta que la grasa de cerdo se considera un bocado selecto. Los butaneses también disfrutan con los momos, pequeños raviolis al vapor rellenos de carne o queso y bañados en una salsa... ¡con guindilla, por supuesto!
En Bután, la comida es un momento para compartir. A los lugareños les gusta reunirse para comer tres veces al día. No se ofenda si su guía prefiere unirse a sus colegas. Entre otras cosas, porque preferirá comerema datsi antes que probar los platos reservados a los visitantes, que le parecerán poco condimentados. Los butaneses nunca mezclan el arroz con verduras o carne. Tradicionalmente, el arroz se come con la mano derecha, se hace una bola y se moja en la salsa. Los distintos platos se comen en bocados alternos. Las comidas suelen terminar tal cual, y no con una nota dulce. No hay postres, y la fruta se toma más bien como supresor del apetito entre comidas. Una comida tradicional no puede terminar sin doma, un quid de betel y areca. En Bután, ofrecer un doma a alguien es señal de amistad.
En cuanto a bebidas, el té es muy popular, ya sea seuja, batido con sal y mantequilla, especialmente nutritivo y apreciado en invierno, o nadja, hecho con leche y azúcar. Los alcoholes fuertes favoritos son elarra, alcohol de arroz, y el sinchhang, elaborado con mijo, trigo o arroz. Bután también produce sus propias cervezas: Red Panda, una cerveza sin filtrar, y 1100. Por último, hay que saber que en Bután todos los martes es el Día Seco. En general, los bares y cafés cierran y, aunque los restaurantes permanecen abiertos, no pueden servir alcohol.