Los mejores restaurantes El Tyrol

Bajo un pequeño pórtico, cerca de la Theaterplatz. Ubicado en una antigua casa de pescadores del emperador, es un café-restaurante muy popular entre la juventud local. Por las noches, la música en este gran espacio de varias plantas es decididamente juvenil y a veces un poco ensordecedora. Así que hay que elegir bien la hora del día. Ambiente agradable y relajado, precios muy asequibles y productos frescos. Mobiliario clásico y confortable. La madera es una invitada de honor en esta sala donde se sirve con relativa rapidez.

Un kebab muy bueno, rápido y eficaz para los que no quieren atiborrarse de schnitzels. Los precios no pueden ser más atractivos (máximo 5 € por un kebab). Opciones vegetarianas. También se puede tomar aperitivos como hamburguesas, nuggets de pollo, schnitzels, perritos calientes, etc. Incluso algunas ensaladas pequeñas. No se trata de una gran gastronomía, por supuesto, sino simplemente de una buena opción si no se tiene la posibilidad de pasar una o dos horas en un restaurante. Recomendamos el ispanaki, con espinacas y queso.

Un pequeño y encantador restaurante, típico de la región en el que podrá disfrutar de deliciosas especialidades locales y muy buenos platos de carne. También una selección de pescado. Podrá comer goulash, gröstel, schnitzel, spätzle y otros platos locales fáciles de digerir. Hay varios menús infantiles, lo cual es bastante agradable y práctico. Gran selección de helados y postres. Opciones vegetarianas previa petición. Ofrece ocho tipos diferentes de cervezas de barril y embotelladas. Después se come y se duerme mejor.

A pocos kilómetros de la ciudad, a orillas del lago Reintalersee, se encuentra la felicidad. Se puede comer pescado fresco en una terraza a orillas del lago. El Fischerstube lo tiene todo. Se podría pasar horas aquí, admirando con tranquilidad la belleza del entorno. El menú incluye pescados de agua dulce, carnes, ensaladas y desayunos. También se puede disfrutar de una copa o un café en este sitio encantador.

Tras la aparente atmósfera de una alegre taberna, el Wilderin ha desarrollado un proyecto responsable y ético para ofrecer una cocina racional, cuyas tres palabras clave son: regional, de temporada y sostenible. El restaurante compra a pequeños productores y ganaderos de la zona, y la trazabilidad del campo a la mesa está garantizada. Todo ello sin renunciar al sabor: una cocina local refinada y sabrosa, con interesantes combinaciones de sabores. Una dirección excelente y acogedora donde se puede comer de manera saludable y sabrosa al mismo tiempo.

La mejor pizzería de Innsbruck según algunos lugareños. Amplia selección de pizzas al horno de leña con excelente masa e ingredientes de calidad. Buenas pizzas con una masa fina y no demasiado salada. La cobertura es abundante y delicada al mismo tiempo. También calzones y buenos menús infantiles. Die Pizzerei es también un bar de cócteles con un ambiente animado y un personal amable. Buena selección de vinos italianos. Recomendable por la selección, el ambiente, los precios y la calidad de los productos.

Este restaurante y biergarten (literalmente: cervecería al aire libre) del casco antiguo consta de varias salas con diferentes ambientes y una agradable terraza en la plaza del fondo. A pesar de las multitudes, el servicio es amable y eficiente. En la carta, platos tradicionales y contundentes: estofado de venado, goulash, schnitzel vienés, salchichas... En su página web, un menú en español también puede ayudar. Gran selección de cervezas locales. Equipo dinámico y amable.

¡Mamma mia!. Un trozo de la auténtica Italia en el corazón de Innsbruck. Con el acento y la desenvoltura. Giorgio, el voluble y talentoso chef de Casoinn, dejó su Vénecia natal hace mucho tiempo, pero cruza regularmente la frontera con Italia para abastecerse de buenas verduras y condimentos del país, que prepara en platos auténticos y coloridos. En el menú, principalmente pasta, pero también un buen surtido deantipasti para empezar la comida. Está a un paso del museo. Ideal para recuperar fuerzas después de la visita.

Este hermoso edificio del siglo XV situado en el centro de Matrei alberga un restaurante y seis habitaciones con muebles de madera tallada. Algunas salas abovedadas, antiguas estufas de cerámica y trofeos de caza en las paredes contribuyen al ambiente típico del lugar, donde podrá disfrutar de una generosa cocina tirolesa, así como de algunas especialidades italianas. La carta de vinos es muy buena, con una interesante selección de vinos austriacos, pero también algunos vinos del Bundesland, como el Lagrein del Tirol del Sur. Uno se siente bien aquí, sólo tiene que pensar en cuando irse a la cama.

Regentado por tres hermanas, este paraíso de la comida lenta premiado localmente se centra en la comida casera y en una decoración antigua que recuerda a una casa de muñecas. Los desayunos, caseros con productos de la huerta, demuestran su dedicación. Para el almuerzo y la cena, el restaurante ofrece un menú gourmet de 7 platos enraizado en la tradición tirolesa, diseñado por Christian Ranacher. Más que un restaurante, es una experiencia que redefine el auténtico sabor de la comida en un ambiente cálido que evoca la convivencia de un hogar.

Un restaurante gourmet situado a 3.048 metros de altitud con unas vistas impresionantes, famoso también por ser el magnífico escenario de la película Spectre de James Bond. Atractivo, ¿verdad? Y eso no es todo. Los ingredientes locales frescos se entregan con 8 horas de antelación y todo se prepara in situ en un tiempo récord de 3 horas Platos sencillos se transforman en creaciones complejas, con mención especial para la ensalada César y el strudel de manzana. Un guiño a James Bond con un vodka martini preparado directamente en la mesa.

Situada en el corazón del pueblo, esta encantadora dirección brilla en el valle de Gschnitz. El lugar perfecto para reponer fuerzas antes o después de una excursión o una jornada de esquí, con un desayuno, un brunch o un delicioso tentempié de helado ecológico. Los amantes del vino estarán encantados con la bodega abovedada ^{del siglo} XVII, rica en selecciones. La charcutería exhibe productos de agricultores y productores regionales, perfectos para encontrar regalos. Además, puede alojarse en este edificio histórico, testigo de más de 300 años de historia.

Establecimiento atípico en esta ciudad elegante y cara. Este food-truck blanco y bien gestionado, ofrece salchichas típicas de la zona en un bollo de pan caliente, ideal para comer sobre la marcha después de un día completo de esquí en el quep ara aprovecharlo al máximo seguramente no habrá tenido descanso. Precios muy atractivos y una carta muy variada. Salchichas de todo tipo, al estilo de los perritos calientes o cortadas en tostadas. No hay patatas fritas, pero sí bebidas. Incluso Arnold Schwarzenegger pasó por allí para comer una salchicha, así que ¿por qué no usted ?

Con un menú de mediodía a 14 euros, es la escapada perfecta para el explorador de la ciudad, con opciones sanas y exclusivamente vegetarianas y un servicio que bate récords de rapidez. El menú es conciso pero contundente: se utilizan los mismos ingredientes en los entrantes, platos principales y especiales del día, lo que garantiza frescura, estacionalidad y, sobre todo, una creatividad explosiva. Sí, aunque los ingredientes sean los mismos, los sabores están ahí para sorprendernos a cada bocado. Y el fin de semana, ¡cambiamos el almuerzo por un colorido brunch!

Wilten no se limita a crear deliciosos cócteles. También ofrece una amplia gama de desayunos y brunch muy bien presentados, elaborados exclusivamente con ingredientes ecológicos: desde pan recién horneado hasta zumos de fruta caseros y café de Innsbruck. Esta sorprendente combinación se puede disfrutar en un ambiente agradable y acogedor, apto para todos los públicos, ya sea en familia, con amigos o en pareja. Una relación calidad-precio perfecta.

¿Comida lenta, de la granja a la mesa? Digamos que aquí, los ingredientes de la granja familiar se transforman en especialidades tirolesas. Ese es el credo de esta posada familiar. Desde el aperitivo en el bar, pasando por la degustación de vinos en la mesa, hasta el digestivo que calma los estómagos saciados, la selección de vinos es fruto de arraigados vínculos con los viticultores de la región. Autenticidad y tradición, en resumen. En cuanto a la decoración, susurra historias del pasado, mientras las camareras en dirndl se pasean con la gracia de los aristócratas de antaño.

Se puede subir al Hendl Fischeri incluso sin esquís en invierno, para tener la excusa definitiva de llenar el gaznate con este absurdo pero divertido plato de autor: La Langosta y el Pollo. Un plato con bogavante entero y pollo servido con pan de ajo. Y no, ¡no estás soñando! Además de esta atracción culinaria, nunca vista en ningún otro lugar, una sartén XXL de Kaiserschmarrn servirá de bienvenida en la puerta. A continuación, un ejército de camareros ataviados con vellones gráficos tomará el relevo para sentarte alrededor de una barra de madera con líneas orgánicas talladas en la masa.

Ambiente típicamente tirolés, con camareros con trajes tradicionales y muebles de madera, en este restaurante que gustará sobre todo a los carnívoros, por su abundante oferta de carnes (ternera, buey, cordero...) procedentes de los pastos del Zillertal. Raciones generosas y servicio eficaz. Al lado, el Butcher Bar, que pertenece al mismo establecimiento y ofrece, en un ambiente moderno, cócteles, vinos y cervezas elaboradas en la casa, para acompañar o no, un plato de carne o un surtido de especialidades.

El antiguo edificio de la escuela de Zellberg, un balcón panorámico sobre el valle de Zillertal, se ha convertido en hotel y restaurante donde sirven una cocina gourmet. Los productos de los proveedores locales, salazones de río, queso, carne, hierbas silvestres y verduras, se utilizan para crear platos coloridos y refinados que siguen el ritmo de las estaciones. El hotel también ofrece ocho apartamentos cómodos y bien equipados, algunos de los cuales también cuentan con balcón o terraza.

El restaurante tiene una situación ideal a orillas del Möser See, con una agradable terraza que invita a relajarse después de una caminata o un baño en el lago. El menú incluye platos tradicionales, sopas tonificantes y buenos postres. Los platos que ofrecen son muy asequibles. El ambiente general es bueno, íntimo, animado y cálido. Su lema (que se atribuye a Sócrates): no se vive para comer, sino que se come para vivir. Mesas bien presentadas, vajilla bonita y, a veces, música en directo en el exterior. Los postres son muy buenos.

El Alt-Mösern, regentado por la familia Haselwanter, es un lugar encantador para comer, con un buen restaurante, una terraza con vistas panorámicas a los picos nevados y una cocina sofisticada y sabrosa. El chef Alexander se inspira en los productos de la región para crear platos elegantes y apetitosos: hierbas de montaña, trucha de Leutasch, caza de Karwendel. El hotel también alquila apartamentos bien equipados y confortables, para dos o cuatro personas, que le harán sentirse como en casa.

Hotel-restaurante histórico a pie de las pistas de esquí de Hochfügen, ideal para comer entre dos sesiones de esquí alpino o después de una salida de esquí de travesía. Entorno histórico encantador, un poco recargado, pero agradable. Aquí se come y se come bien. Hay que tener cuidado de no pedir más de lo que se puede comer ya que las raciones son bastante impresionantes. Los precios son muy razonables. Opciones vegetarianas y especialidades locales, como sopa de goulasch, spätzels de queso y otras delicias locales.

Un restaurante tradicional en uno de los lugares más famosos de la ciudad (ya que alberga el famoso puente de arco conocido en toda Austria, que puede reservarse para una cena romántica para dos). Gran selección de platos tiroleses, como Käsespätzle y Spinatknödeln, y un delicioso Apfelstrudel de postre. Buena selección de vinos. Mesa y platos bien presentados, lo que no estropean el placer de la vista. Un restaurante que puede estar muy solicitado, así que recuerde reservar con un poco de antelación.

Los platos son abundantes y las especialidades tradicionales deliciosas. Nos gusta el buen ambiente de esta dirección frecuentada por lugareños ruidosos que beben cervezas. Cocina casera bien elaborada y sin complicaciones. Una decoración cuidada (materiales, plantas...) y una agradable terraza exterior en verano. También se puede ir simplemente a desayunar, platos de fruta, verduras, buen pan, dulces, pero también embutidos, etc. El establecimiento también alquila habitaciones por noche o por semana. Internet.

Es como si aquí se concentrara la esencia misma de Sankt Anton. Construido en 1912, este antiguo pabellón de caza, al más puro estilo tirolés, fue la cuna de la historia del esquí en Sankt Anton. Esta fascinante historia se muestra a los visitantes en la primera planta, en las distintas salas del museo, y es interpretada en la cocina de la planta baja por el chef Manuel Hoffmann, que utiliza con brillantez los productos locales con una cocina austriaca a la vez tradicional e innovadora. Una visita obligada

Un restaurante muy bueno de cocina tradicional, sencilla y generosamente servida. Productos frescos de las granjas cercanas. Platos caseros, algunos de ellos muy creativos y acertados. Una carta con entrantes, platos principales y postres típicos del Tirol (speck, queso, guisos, etc.) pero también opciones vegetarianas. Los postres son la mejor manera de terminar la comida. Fuimos por primera vez a probarlo y queremos volver. Una dirección como nos gusta, no muy cara, sin alharacas y sobre todo con una cocina deliciosa.

Un local informal con un menú centrado en las carnes, a la parrilla o en salsa, y el pescado de río. También algunas sopas y ensaladas revitalizantes. También es un buen bar para tomar una copa. Realmente conocen su carne, su especialidad, por lo que cocinan un filete en su punto exacto. La selección de salsas que acompañan a la carne es impresionante. Todos los jueves destaca el menú de la parrilla. Cada martes, la protagonista es la chuleta de cordero. El sitio perfecto para los amantes de la carne.

Un restaurante bastante acogedor con techo de madera. Una cocina variada con varios platos tradicionales. Muy buenas pizzas cocinadas en fuego de leña. La rúcula de algunas pizzas es muy fresca, al igual que las verduras. Las pizzas están bien rellenas y la masa es fina. Se ofrecen muchos otros platos: carne, pescado, sopas, sándwiches, polenta, bruschetta, varios tipos de pasta, hamburguesas... En resumen, hay para todos los gustos. Un extra:  menús infantiles que harán las delicias de los bambini. Un sitio recomendable.

Kostner es la cafetería de Mayrhofen: por la mañana, los deportistas toman un desayuno de competición; a la hora del almuerzo, se sientan a comer un sándwich, una ensalada o un schnitzel empanado; a la hora de la merienda, disfrutan de un strudel de manzana o de una abundante tarrina de helado. También es una excelente panadería, con una gran variedad de panes y pasteles. Una gran sala y, sobre todo, una amplia y agradable terraza que ocupa tres lados del edificio. Un lugar agradable para pasar un rato.

Un templo de la cocina italo-mediterránea en Innsbruck, alojado en su moderna y elegante bodega. Ambiente acogedor para probar vinos italianos y sabrosos platos. Una buena selección de quesos y antipasti. A los puristas les encantará este lugar que selecciona sus productos, a los demás simplemente les encantará. Platos sutiles, servicio impecable y personal sonriente. Cuando hace buen tiempo, la terraza de la azotea es inolvidable. Puede ser útil hacer una reserva.

Podrá disfrutar de una sabrosa y refinada cocina tradicional en los luminosos salones revestidos de madera o en la amplia terraza. El menú cambia regularmente según la temporada, con productos regionales: pescado de río, caza... La carta de bebidas incluye tanto bebidas alcohólicas como no alcohólicas, con las cervezas tirolesas como protagonistas. Opciones vegetarianas y veganas.

También alquilan bonitas habitaciones con todas las comodidades por 100 € para dos personas con desayuno incluido.