¿Por qué en Dordogne?
Las buenas razones para ir en Dordogne
Por sus 1001 castillos
Encaramados en sus espolones rocosos desde la Edad Media, se elevan sobre jardines y pueblos.
Para la cueva de Lascaux
En la cueva, podrá retroceder en el tiempo y dejarse invadir por la emoción de las pinturas rupestres.
Para una tostada de trufa fresca
Sobre una rebanada de pan caliente, una nuez de mantequilla fresca y láminas de trufa fresca.
Para ir en canoa
Déjese deslizar por los ríos, como si el tiempo se detuviera por un momento.
Pensar que eres Cro Magnon
Mil y una cuevas le esperan para conocer a nuestros lejanos antepasados.
Para los artesanos del arte
Se encuentran en los cuatro rincones del Périgord: ¡venga a conocer sus múltiples talentos!
Para una variedad de viñedos
Pruebe sus cinco colores para descubrir terruños de sabores complejos.
Parque Natural del Perigord-Lemosín
Para alojarse, hacer senderismo y descubrir espacios naturales y sus habitantes.
Comer foie gras
Fresca, en conserva, semicocida o cocida, aprenda a disfrutar de esta joya local.
Jugar al golf
Golpee la bola y perfeccione su swing en el campo de sus sueños en Périgord.
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Descubra la Dordogne
Sin duda, es uno de los destinos favoritos Arraigado en su terruño y sus tradiciones, el Périgord es conocido y apreciado en todo el mundo por sus paisajes, su historia y, sobre todo, su gastronomía. La región ha conservado una identidad arraigada en su tierra, pero que ahora se nutre de un renovado interés por las cosas sencillas, genuinas y naturales. La Dordoña es un departamento con sentido de la acogida, de la fiesta y del compartir, como demuestran sus numerosas fiestas. Rica en contrastes y patrimonio, desde cuevas ornamentadas y castillos hasta bosques y ríos, la naturaleza es aquí una rara avis. Ofrece a sus visitantes grandiosos escenarios para actividades al aire libre, terrestres o acuáticas: sean cuales sean sus deseos, ¡uno de los 4 Périgord podrá satisfacerlos! Y la famosa gastronomía del Périgord hará las delicias de los paladares más exigentes...
