Qué ver y hacer Golfo Del Kvarner

En el hueco de la bahía, se alza este convento flanqueado por dos iglesias. La primera, Santa Euforia, fue fundada por la Orden Franciscana en 1446. En el ábside, el techo está decorado con frescos que representan escenas de la vida de San Francisco de Asís. Un políptico procede del taller de los hermanos Antonio y Bartolomeo Vivarini (1458). En la época moderna, Janez Ambroz Testenpour creó obras místicas para una capilla. La segunda iglesia fue construida más tarde.

En una colina a una altitud de 138 metros. Los romanos construyeron un puesto de observación allí. La fortaleza se consolidó a principios de la Edad Media con una simple torre de vigilancia para convertirse en esta imponente fortaleza en el siglo XIX. Hoy en día, se puede llegar en coche, autobús o a pie (¡más de 600 pasos!). Las salas interiores albergan la colección permanente y una galería para exposiciones temporales. En verano se programan allí conciertos, teatro y desfiles de moda.

Este mercado es un verdadero monumento histórico. La gente viene aquí a hacer sus compras y a admirar este mercado cubierto, que fue construido según los planos del arquitecto Izidor Vauchnig, a partir de 1880. En los dos primeros pabellones se utilizaron los últimos avances técnicos de la época: acero para los cimientos, apertura de grandes arcadas cubiertas, vidrio para la entrada de luz a través de grandes ventanales. Ya en 1866, la pescadería se instaló en un edificio sólido, proporcionando un espacio cerrado a los vendedores, que antes exponían su mercancía al aire libre. En 1914, Carlo Pergoli diseñó un edificio cerca del embarcadero para el almacenamiento de pescado, y en 1916, el edificio principal coronó el conjunto. Su gusto por la Secesión vienesa se aprecia en el trabajo de los capiteles, las cuatro fuentes y los ornamentos de la fachada. Los relieves representan frutas y verduras y numerosos animales marinos. El luminoso y armonioso edificio principal alberga los puestos de los carniceros, chacineros y queseros. En el exterior, los hortelanos y los pequeños productores locales se cobijan bajo grandes sombrillas.

Desde entonces, las costumbres comerciales han cambiado, pero el edificio nunca ha dejado de cumplir su función comercial y social. Hoy en día, los comerciantes de vino y aceite de oliva, los apicultores y vendedores de miel, los artesanos de la madera, los floristas... también participan en este animado hervidero. Punto de encuentro favorito de los lugareños, es una visita obligada por la mañana en Rijeka.

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