Los mejores museos Pequeña Polonia

Este hermoso palacio del siglo XVII debe su nombre a la estatua de San Cristóbal del siglo XIV que adorna su fachada. Es la sede del Museo Histórico de la Ciudad de Cracovia, que incluye documentos y recuerdos relacionados con la historia de la ciudad, una colección de pinturas de artistas de Cracovia, así como relojes y armaduras antiguas. Su principal atractivo es la colección de szopkis, los famosos catres navideños, que son objeto de un concurso cada diciembre, cuyo ganador pasa a engrosar las filas de los expuestos aquí.

Por encima del castillo, una pequeña montaña continúa su ascenso hacia el cielo. Como recompensa, se han plantado tres cruces en honor a la población de Kazimierz Dolny, diezmada por la peste en 1708. Este es el punto más alto de la ciudad, y desde aquí la vista de la campiña polaca y de la pequeña ciudad de abajo es impresionante. Un muy buen lugar para ver la puesta de sol sobre los tejados.

Este museo al aire libre es una colección de casas antiguas conservadas, la mayoría de las cuales datan del siglo XVII. A lo largo de los años, se han ido añadiendo auténticos edificios reconstruidos, convirtiendo la aldea en un pueblo tradicional muy exitoso y con mucho ambiente. En primavera y verano, Skansen acoge festivales folclóricos y recreaciones de la vida rural de antaño que bien merecen una visita. Te lo recomendamos.

La Vieja Sinagoga, una de las más antiguas del país, fue construida en su estilo gótico a finales del siglo XV, cuando los judíos se instalaron en Kazimierz, y fue restaurada en 1959, cuando se decidió convertirla en museo. Desde entonces, alberga el Museo de Historia y Cultura Judías. Una sala aparte está dedicada a la historia del exterminio de los judíos, incluyendo una serie de fotografías de la vida en el barrio judío antes y durante la Segunda Guerra Mundial.

Además de la mina, también se puede visitar el castillo de Wieliczka, que fue la sede histórica del consejo de administración de la mina entre el siglo XIII y 1945. Hoy en día alberga tres exposiciones permanentes dedicadas a la arqueología y la historia de la ciudad, y una enorme colección de... saleros. En resumen, no es la visita más emocionante, pero al menos da algo de vida y comprensión a la historia y la experiencia de los mineros, una parte que no se enfatiza en absoluto cuando uno se aventura en las entrañas.

El museo está situado en la casa natal del gran pintor del espíritu nacional y ciudadano de honor de la ciudad. Ofrece a los visitantes la oportunidad de ver los apartamentos/talleres donde el gran maestro del romanticismo nacional vivió y trabajó hasta 1893, año en que murió. La exposición permanente incluye obras únicas de Matejko, recuerdos familiares y antigüedades, en particular armas orientales y occidentales coleccionadas por el pintor en vida y utilizadas para su arte. Es una visita agradable a un tiro de piedra de la Rynek.

La única farmacia autorizada en el gueto fue dirigida hasta las últimas deportaciones por el Dr. Tadeusz Pankiewic que, al negarse a abandonar el distrito, era el único no judío que vivía y trabajaba en el gueto. Así, de 1941 a 1943, ayudó a los judíos del gueto. Entregaba medicinas y alimentos, traía noticias del exterior, proporcionaba papeles falsos y escondites. Murió en 1993 y fue honrado con el título de Justo por Israel.

Fundada por el rey Casimiro el Grande en 1364 con el nombre de Academia Croviensis (Academia de Cracovia), la Universidad Jagellónica era la segunda universidad más grande de Europa Central después de la de Praga. Cayendo en decadencia con la muerte del rey, fue renovada alrededor de 1390 y obtuvo el estatus de universidad que antes no tenía (no tenía cátedra de teología, en ese momento el conocimiento más noble y privilegio otorgado por el papa, pero luego mantuvo su nombre de Academia de Cracovia hasta 1818) por el rey Władisław Jagełło, quien compró y formó el Collegium Maius, 'el gran colegio'. La universidad tiene edificios por todo el centro de la ciudad, por lo que a menudo verás a los estudiantes deambulando de una calle a otra, entre clase y clase.

Alrededor del Collegium Maius se levantan los edificios de la Universidad Jagellónica. Frente al Collegium Maius se encuentra el Collegium Kołłataja y, más al sur, el Collegium Minus. Frente a la iglesia universitaria de Santa Ana se encuentra el Collegium Nowodworski (ul. św. Anny 12). Aquí estudiaron el rey Jan III Sobieski, los pintores Jan Matejko y Stanisław Wyspiański y el escritor Joseph Conrad. Siguiendo por la calle Gołębia, en el número 24, el Collegium Novum alberga la sede neogótica de la universidad (no se puede entrar, o hay que esquivar a los guardias y hacer de estudiante). Frente a ella se encuentra el Collegium Witkowskiego y una estatua de Copérnico.

Eledificio gótico del Collegium Maius alberga ahora el Museo de la Universidad Jagellónica con dos colecciones, una histórica y otra científica. La sección histórica conduce a una gran sala de honor decorada con retratos de sus alumnos más prestigiosos, como Nicolás Copérnico, el rey Jan III Sobieski, el antropólogo Bronisław Malinowski y Karol Wojtyła. A continuación, la exposición pasa a las Salas del Tesoro y al Gran Salón, sede de las grandes ceremonias universitarias. La pieza central de la exposición es el globo terráqueo más antiguo del mundo, fechado en 1510, en el que se señala a América como "país recién descubierto". La colección científica incluye una serie de instrumentos que habría utilizado Nicolás Copérnico.

El patio del Collegium Maius merece una visita. Todos los días, a las 11:00, 13:00, 15:00 y 17:00 horas, podrá ver el breve paseo musical de las figuras animadas por el mecanismo del reloj sobre el Golden Gate y que representan a personalidades que desempeñaron un papel importante en la historia de la universidad.

El edificio principal del Museo Nacional alberga una galería de artes decorativas, una excelente galería de arte polaco del siglo XX, auténtica razón para desplazarse y una colección bastante media de armas y uniformes. El Museo Nacional de Cracovia está compuesto por varios anexos. Las piezas más destacadas de la colección son dos cuadros de Rembrandt y Vinci que se encuentran en el Museo Czartoryski. Sus otros anexos son el museo de Jan Matejko, el de Stanisław Wyspiański, la preciosa casa del artista del Movimiento Joven Polonia (Belle Epoque) Józef Mehoffer (Ul. Krupnicza 26 +48 12.421 11 43, la galería de pintura polaca de la Halle aux Draps y el museo Manggha.

La primera iglesia de Kazimierz fue construida por el rey Casimiro en 1340, pero no se terminó hasta mediados del siglo XV. Su hermoso interior barroco contrasta con la austeridad de su arquitectura. En el interior destacan las vidrieras del coro y el impresionante púlpito barroco en forma de barco sostenido por sirenas y delfines. Bartolomeo Berecci, arquitecto de Wawel, está enterrado en la capilla de Santa Ana. Fue asesinado en 1537.

Construido en 1582, este antiguo depósito de armas sirvió para almacenar las armas y trofeos de guerra conquistados por los ejércitos de Jan Zamoyski. La mayor parte de sus colecciones fueron saqueadas durante las invasiones sueca y tártara. A principios del siglo ^XIX, el Arsenal fue remodelado en estilo neoclásico. Hoy es un museo militar que forma parte del museo regional. Se exponen armas y armaduras antiguas, así como dibujos y pinturas de soldados que representan su vida en las trincheras durante los conflictos de 1915 y 1930.

Durante la Segunda Guerra Mundial, este edificio albergó las oficinas de la Gestapo de Cracovia. Las plantas primera y segunda se utilizaron como salas de interrogatorio, y los sótanos, como celdas. La exposición permanente recorre la vida de los resistentes polacos y los judíos de Cracovia durante la ocupación. En las celdas del sótano se exponen unas 600 inscripciones dejadas por los prisioneros entre 1943 y 1945. Un museo que rinde homenaje al sufrimiento y la resistencia de los polacos.

El edificio toma su forma atípica de su origen como una sencilla (aunque bastante masiva) iglesia jesuita construida en un esfuerzo por convertir el Oriente ortodoxo en la época del movimiento de la Contrarreforma católica que lideraban los jesuitas. Mientras que la fachada exterior es austera, la decoración interior es magnífica, especialmente las pinturas de las paredes y las bóvedas, realizadas en la segunda mitad del siglo XVIII por Josef Mayer tras un incendio. La riqueza de las decoraciones atestigua la opulencia del obispado y de la ciudad en aquella época.

Situado en las casas armenias de la Rynek, este pequeño y muy heterogéneo museo no tiene una temática real. Ofrece diferentes colecciones de pinturas (incluyendo retratos del fundador de la ciudad), grabados, esculturas religiosas de madera y equipamiento militar. También hay ropa de los siglos XIX y XX, hallazgos arqueológicos de la región, cerámica con motivos verdes y marrones, típica de los Cárpatos, algo de historia de la ciudad de Zamość, incluida una hermosa maqueta que representa la ciudad en el siglo XVII.