Los mejores bares y cafés Brésil Nordeste

El Alagoana tiene un ambiente muy animado Este acogedor botequim-bar ofrece cervezas, caipirinhas y diversos aperitivos para disfrutar durantela hora feliz o hasta el anochecer. La decoración es ligeramente anticuada, lo que le da el toque inconfundible de un "botequim", los bares tradicionales brasileños que son el alma de Río. Puede sentarse en la terraza o disfrutar del salón decorado con hermosos muebles antiguos. Al final del día se programan regularmente conciertos de la MPB, y el sábado al mediodía, como en Río, ¡es el día de la feijoada!

El Bar do Amparo es un bonito establecimiento de la parte alta de la ciudad de Olinda. Tras la fachada teñida de púrpura, el bar ha conservado su decoración interior tradicional de tierra. El ambiente es bohemio, colorido y sofisticado. Los petiscos son excelentes. Los platos también son dignos del lugar. Después del dadinho de tapioca, hay que probar los langostinos con limón o la carne do sol con puré de mandioca. El bar es muy popular en Olinda y en algunas noches, el precio del éxito, es difícil encontrar un asiento. La espera forma parte del ambiente.

En la esquina de la Praça do Carmo y São Pedro, el bar y pub Casbah Mourisco está situado en la planta baja de una gran casa de estilo morisco en Olinda. Desde hace algunos años, es un punto de encuentro para turistas y locales de moda. En el amplio y muy agradable patio de la "Casbah", podrá degustar platos tradicionales para el almuerzo, en forma de bufé. También se sirven aperitivos dulces y salados (petiscos) y bebidas alcohólicas y no alcohólicas durante todo el día y hasta bien entrada la noche. Una buena dirección.

La cadena de bares "Bodega do Veio" se encuentra en Recife y Olinda. En Recife, la Bodega do Veio, situada en la Avenida Rio Branco, en el casco antiguo de la ciudad, es un lugar agradable para tomar una copa o comer algo después de visitar el renovado centro de la ciudad. La decoración es original y personal. Habituales del barrio, turistas brasileños y extranjeros se reúnen en este típico bar para charlar y recordar viejos tiempos, según la tradición de los "botequins" brasileños. Algunas noches, es "forro" o "frevo".

Un bar bohemio y ligeramente intelectual, probablemente el más germano-pratense de los bares de Recife. El cineasta Kleber Mendoça Filho, director de Bacurau, hijo de Recife, la nueva capital del cine brasileño, hace algunas apariciones aquí para reunirse con sus amigos. El aspecto es a la vez sobrio, kitsch y familiar, con sillas rojas de skai. En las paredes hay algunas fotos en blanco y negro del Recife de antaño. La carta ofrece platos bien preparados y buenos cócteles. Los veganos y vegetarianos son bienvenidos. Un bar brasileño relajado y acogedor que nos encanta.