LA GARGOUILLE
Un establecimiento encantador, situado en la parte alta de la calle Bourbonnoux, al pie de la catedral, que propone una cocina de tipo bistronomía, como el huevo mollet pané mojado, con productos frescos y caseros. Aquí la única persona que está grimando es la garra, que vigila en la primera planta, sobre la chimenea, en la bonita sala del restaurante. Paredes de piedra, vigas de madera, pizarra en la pared a modo de mapa: el entorno es tanto bruto como elegante, al igual que los platos. La tabla que se divide en la mitad italiana (el pequeño modelo vale mucho para dos golosos) ha colocado al Zorro en apetito. El magret de pato y sus verduras raíces que siguieron lo han satisfecho. La cocción era perfecta, las verduras sabrosas y la presentación encantadora. En cuanto al mullido chocolate con su corazón de pistacho, literalmente se cae. El Zorro en sueños de noche. También destaca el plato de buey, perfectamente cocido, y el bosque negro revisitada, con una gran frescura y muy sabrosa. En resumen, una buena dirección, donde las tarifas están justificadas por la prestación.
Sinon beau cadre et personnel très aimable.