Julien y todo su equipo te acogen en esta casa muy tirita, con vigas de madera y decoración bretona. En los días soleados, las cristaleras están muy abiertas y dan a la calle y la terraza cubierta por el jardín invita a descansar. Aquí, crepes y tortas, realizados con productos frescos y cocinados caseros, salen de lo habitual y casan los sabores. El anguila de Guéconducir, cabra y fondue de puerros o la capitana (hadergk aux papas con crema y fundida de puerros), han hecho vibrar nuestras papilas; mientras que la crepe de manzana de manzana y caramelo de mantequilla salada casera o de plátano, coco y chocolate casero los han regalado con golosinas… El pequeño más del establecimiento, situado en pleno centro de la calle principal comercial, es que los crepes y las tortas se hacen frente a ti. Sin embargo, de ahí sólo agarrar la mano sólo mirando… Las ensaladas de comidas muy copiosas y las tortillas ensaladas también están a la carta, sin olvidar la sidra artesanal en presión. Una crepería popular con una excelente relación calidad-precio.
Crêpes excellentes, service agréable, on reviendra avec plaisir !
Petite, mais très convivial et chaleureux. On y mange très bien. ????????
À ne pas manquer si vous passez par Quiberon. ????