CAFE CORTINA
Situado en la ciudad, en una calle paralela a las vías principales, Anne y Thierry regentan este auténtico bistró a la antigua usanza, al más puro estilo de los años 30, con una decoración y estética de época, desde la fachada hasta el mobiliario tipo estaminet, que nos sumerge en el ambiente de las películas antiguas. Todo es colorido y cálido, y es fácil sentirse como en una época en la que los bistrós eran centros de vida comunitaria, y todo el mundo se animaba a reunirse y hablar con sus vecinos. Lugar sencillo y de espíritu cálido, tiene un alma artística que atrae muchas actividades: cafés de punto, clases de tango o milonga, conciertos, veladas de baile, ajedrez, talleres de conversación en francés e inglés, exposiciones. Como en cualquier lugar donde se vive, aquí se puede venir a tomar un café al amanecer, un aperitivo después del trabajo sobre una tabla de pan o a comer: Thierry ofrece recetas sencillas pero deliciosas, revisadas a su manera. A la hora de comer, los dos platos que se ofrecen son sabrosos y los postres una delicia. Por un precio atractivo, puedes darte un capricho, pero cuidado, debes reservar con antelación. Es un lugar intemporal que merece ser conocido, que cultiva en nosotros la nostalgia de tiempos más sencillos y amables.