LE BISTROT À TARTINES
El bistró de Tartines procede de una pequeña cadena presente en algunas grandes ciudades de Francia. La fórmula de la decoración anticuada, toallas de vichy rojo y vajilla desapercibida funciona bien, y el encanto del marco hace su pequeño efecto con el interior arbolado, los muebles made in Emmaüs y el tapiz retro de flores como "chez nana". A priori es el lugar perfecto para pasar un momento auténtico. El único inconveniente es que el personal rara vez es amable, y le recomendamos sinceramente que repase su nota antes de pagar, ya hemos tenido algunas preocupaciones al llegar… Aparte de ello, el lugar tiene el mérito de tener una amplia terraza soleada y servir tartinas (algo caras para la calidad) todo el día. Añadimos que sirven el café más microscópico de Rennes, lo que a menudo nos ha dejado un gran sentimiento de frustración. Es mejor tomar un té de la marca Dammann que se concederá muy bien con los pasteles de la casa.
Mais c'est surtout que les plats sont vraiment léger en terme de qualité. Même si les tartes donnent super envie, ce n'est pas top... dommage !
Service sympathique en plus.
J'ai aimé :
_ la décoration simple mais sympa
_ nourriture bonne : les tartes aux fruits et au chocolat sont très bons, fait maison
_ jeune serveur sympa, sociable
_ restaurant propre
_ prix abordables dans l'ensemble et sur les boissons
_ concept original avec les tartines chaudes ou froides proposées
Je n'ai pas aimé :
_ cadre un peu bruyant