RUE SAINT-MALO
La calle Saint-Malo es el último vestigio de la ciudad de preguerra que se salvó de los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial.
La calle Saint-Malo, el último vestigio de la ciudad de la preguerra que no sufrió los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial, se encuentra bajo la meseta capuchina, conectada a ella por las llamadas escaleras de la Madelaine. Calle pavimentada, lavadero, edificios y muros de piedra dan un ambiente particular e histórico a este lugar emblemático. En el siglo XVII, detrás de este alto muro a lo largo de la calle, había un manicomio (la Madelaine), que se convirtió en un reformatorio para niñas delincuentes (le Refuge royal) hasta 1782, cuando un desafortunado inquilino decidió destruirlo por el fuego. Fue un ingeniero, Trouille, quien construyó una prisión marítima en 1807, la prisión de Pontaniou, que cerró sus puertas en 1990. Hoy en día, la asociación Vivre la Rue se encarga de preservar y revitalizar la arteria más antigua de Brest, ofreciendo, entre otras cosas, numerosas actividades culturales. La creación, en 2013, del café cultural Au Coin d'la Rue y la puesta en marcha de una exposición que recorre los 300 años de historia de este callejón ofrecen diversos espacios de encuentro.
Cette rue doit être formidable quand il y a des évènements culturels