LA RIBOTE
Después de seguir el GR 34 que se pierde en el brezo, posado sobre los acantilados entre el cielo y el mar, manténgase atento al océano mientras se toma un pedazo de Ribote. Aquí, el mar nunca está lejos. En la decoración, todo en tonos azules; detrás de las ventanas de las terrazas donde el océano se extiende hasta donde alcanza la vista y en las placas. Las ostras de Cap Fréhel saltaron directamente a su mesa, tan frescas como buenas. Para satisfacer los apetitos despertados por el aire fresco, el chef pensó en las patatas, a veces con queso Ruca, tocino, cebolla y nata (Fisel Potato), a veces con salmón y cebollino, por no hablar de la nata (Scottish Potato). Si las ostras no vienen de lejos, el queso de cabra también se prepara cerca, en resumen, los productos son locales y se pueden oler. Una dirección excelente!
Petit cocon à la décoration agréable..L'accueil y est très chaleureux.On s'y sent comme chez nous. La cuisine est faite maison avec des produits locaux et c'est un vrai régal de l'entrée au dessert, le tout pour un rapport qualité prix plus que correct..Adresse à recommander...
⚠️ Le restaurant ne prend pas la carte chèque déjeuner.