La oficina de información de Lieue-de-Grève, que propone una visita a la Gran Roca de 84 m de altura con un mirador excepcional.
En un país en el que se mezclan la tierra y el mar y en el que las pequeñas carreteras revelan a menudo tesoros ocultos, es imprescindible pasar por la oficina de información de Lieue-de-Grève. De hecho, es difícil adivinar, desde las carreteras principales, los tesoros que esconden los municipios de Trédrez-Locquémeau con su iglesia, sus acantilados o su puerto pesquero, Lanvellec con su magnífico castillo de Rosanbo o el puerto de Toul an Héry, en el estuario del Douron. No se pierda tampoco la inmensa playa de Saint-Efflam, donde los kitesurfistas, las cometas y los yates de arena acuden a tomar el viento. Dominando el litoral desde lo alto de sus 84 m, el Grand Rocher ofrece un mirador excepcional.
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