Guía de viaje Weyto

Entre Konso y Turmi, vía Weyto, el trayecto dura 180 km y 5 horas por la nueva carretera asfaltada. Tras atravesar una región agrícola montañosa y luego el río Weyto, la carretera se sumerge en una sabana bañada por el sol, donde a menudo se ven parejas de dik-diks, los antílopes en miniatura comunes en la región, a la sombra de los arbustos. También se pueden ver termiteros gigantes, auténticas catedrales de hasta 15 m de altura. Los únicos asentamientos humanos se encuentran en Weyto, donde Ari y Bana se mezclan con los Arboré y Tsemay el sábado, día de mercado, y luego en Arboré (el cruce norte conduce a Key Afer), desde donde se puede organizar una excursión al lago Estefanía.Tras abandonar el llano valle de Weyto, hay una larga subida hacia la región de Hamer, y pronto el cauce seco del Kaske anuncia el pueblo de Turmi. Pero cuidado, en época de lluvias, el río puede cortar el acceso al camping de la otra orilla, y no queda más remedio que dar media vuelta y dormir en Weyto, a 3 horas por pista. Lo mejor es llegar antes de las 15.00 y consultar con la agencia de viajes si va a llover.Territorio arboré y tsemay. Estos grupos emparentados comparten más o menos la misma lengua de origen cusítico. Los tsemay ocupan la zona de Weyto, donde las riberas inundables del río cercano les permiten combinar la agricultura de subsistencia con un estilo de vida esencialmente pastoril. Más al sur, el territorio arboré se extiende hasta las orillas del Chew Bahir. La instalación de una gran explotación algodonera y de una misión noruega en su territorio contribuyó a la aculturación progresiva de estas poblaciones.La vida de los tsemay Por el momento, no existe una visita específica a un pueblo tsemay, pero podrá ver a muchos de ellos en el mercado de los sábados, que es mucho más agradable que una visita a un pueblo. Vestidas con faldas de cuero elaboradamente decoradas, las mujeres casadas se reconocen por el palo cosido en el costado de la prenda, que deja un fino surco en el suelo.La vida de los Arboré. Este pueblo, también conocido como los Ulde, cuenta con unos 6.000 habitantes y vive de la cría de vacas, ovejas y cabras, desplazándose de campamento en campamento alrededor del lago Stéphanie en una superficie de unos 400 km2. Se dedican a la agricultura de roza y quema, que depende del nivel del río Weyto y de las lluvias estacionales. Para cada dura estación, los ancianos tribales elegidos, conocidos como murra, determinan en qué tierras se asentará el grupo y gestionan la asignación de parcelas por familias, dando prioridad a los pobres, los huérfanos y las viudas. Se consideran una etnia pacifista y viven en relativa armonía con sus vecinos. A ello contribuyen el reparto mutuo de recursos dentro de la comunidad, la posibilidad de matrimonios mixtos con etnias vecinas y su capacidad para hablar varias lenguas. Las mujeres y las niñas se adornan con numerosos collares de cuentas de colores y pulseras de metal, y llevan una diadema de perlas en la frente. Las faldas son de perlas y metal. Las solteras se afeitan el pelo y se cubren la cabeza con un velo negro para protegerse del sol. Los hombres se cubren la cabeza con un chèche blanco. Existen cuatro tipos de matrimonio arboré: el matrimonio concertado, el keimaweltabe(matrimonio consensuado), el ser(matrimonio por secuestro, que aún existe) y el yehilma(matrimonio por herencia). Generalmente, el padre elige a la futura esposa de su hijo en edad de casarse y envía cuatro sabios a la familia de la novia. Llevan consigo un palo llamado sheniqur y la grasa abdominal de una cabra sacrificada para la ocasión. Si la familia acepta el matrimonio, colocan los restos de la cabra sobre los hombros de la chica. Entonces fijan la fecha, y el futuro marido prepara miel, café y tabaco para su novia. El día del gran acontecimiento, cada familia sacrifica cuatro vacas, y todos los amigos recorren kilómetros para venir a festejar, cantar y bailar. Por la tarde, se circuncida a la novia y se preparan una cabra y un rabo de buey para la joven pareja, cuyas manos se atan con un trozo de cuero. Entre los Arboré existen otros rituales, sobre todo funerales, pero también la celebración del ganado(hulko) al comienzo de la estación de lluvias. Cantos y danzas acompañan la bendición de la nueva hierba y del ganado, que debe pasar bajo cuatro puertas de madera, mientras la tribu bebe leche y café con mantequilla.