Diversión y salidas Ostende

Qué idea tan original: este local cultural, bastante reciente, ha abierto sus puertas en la magnífica antigua oficina de correos de la ciudad. Es limpio, moderno, de diseño (fíjese en las magníficas lámparas del techo) y muy espacioso, y se centra en los eventos culturales locales. La carta ofrece un puñado de platos gourmet sencillos y sabrosos, ensaladas y wraps a precios razonables, así como deliciosos desayunos. Buena música de fondo, aunque un poco ruidoso cuando llegan grupos. Azotea en verano.

Una visita obligada para los noctámbulos Marvin Gaye no está lejos, éste era su bar favorito cuando estaba exiliado en Ostende. De hecho, la decoración está dedicada a él, con grandes fotos suyas en blanco y negro colgadas de las paredes. Un bar de ambiente donde las cervezas, los vinos y los cócteles visten las noches con sus más bellos colores. Se puede charlar y bailar al ritmo de soul, r'n'b, jazz y funk, todo ello destilado con maestría por el DJ permanente, que tiene un oído agudo para la música. Es una parada ineludible para pasar una gran noche.

En esta perpendicular del paseo Albert ^Ier, este café es toda una institución. Este local, que parece un pub inglés, está abarrotado todas las noches. Hay que decir que ofrece no menos de trescientos tipos de cerveza, dieciséis de ellas de barril. La Tripel Karmeliet es una delicia Es estupendo descubrir todas las especialidades: también se puede probar una de las cincuenta ginebras de la carta. También hay una pequeña selección de comida tipo brasserie y snacks para acompañar el aperitivo.

El lugar merece una visita sólo por su decoración. Una cita con la historia, una saludable pausa sobre un filtro de café en una bandeja de plata, un pequeño pastel... La elegante brasserie, con su singular cristalería, se encuentra en un ángulo. La terraza permite disfrutar del sol cuando está fuera. La prensa diaria está disponible en varios idiomas. El servicio es digno de las grandes brasseries de antaño. Un entorno histórico que su arquitecto, Joseph Van der Banck, estaría orgulloso de haber conservado. Podrá respirar la pátina de la madera y admirar el estilo Art Decó que la rodea.

Una brasería de estilo Art Nouveau de moda, con un bello entorno de carpintería y un espectacular techo de vitrales con vistas a una gran sala con un entresuelo. Una espléndida arquitectura bien iluminada que ya vale el viaje. Parrilladas abundantes si no te apetece comer en un restaurante formal sino en un buen ambiente. Además, el lugar es agradable para darse el gusto de tomar una cerveza o una jenever afrutada, mientras se disfruta de un concierto (normalmente los martes). Paseamos por los pisos con un trago en la mano.