WADI SHAB
Es uno de los wadis más conocidos del sultanato por sus soberbias pozas de agua dulce color esmeralda. Como siempre, le aconsejamos que tome precauciones antes de aventurarse. No salga sin sombrero, crema solar y, por supuesto, agua, ya que el calor puede ser agobiante; compruebe el pronóstico del tiempo para asegurarse de que no hay tormentas previstas para ese día, ya que existe un riesgo real de inundación y ahogamiento en los wadis. Lleve calzado de agua para nadar, que podrá cambiar por botas de montaña cuando llegue el momento.
Para llegar a las pozas más remotas, primero hay que cruzar el brazo del río en barca. Los omaníes ofrecen esta corta travesía. Enfrente, un camino de tierra ahogado entre palmeras conduce a lo largo del río hasta el corazón del uadi. El agua desaparece pronto y nos encontramos caminando sobre guijarros, entre montañas de laderas escarpadas. Grandes rocas y manchas de vegetación conforman una majestuosa naturaleza salvaje, sobre todo cuando el agua regresa en forma de charcos ocasionales de un verde increíble Los más bellos se encuentran en el extremo, a unos 40 minutos a pie, por un sendero que puede perderse y reencontrarse a voluntad, o simplemente siguiendo a los demás, teniendo en cuenta que es imposible perderse siguiendo el cauce seco del río. Después de unos 20 minutos, manténgase a la derecha y suba unos metros por encima de la pared del acantilado, protegido del abismo por una barrera. El camino desciende de forma natural. Más adelante, hay varias pozas bordeadas de pequeñas playas de guijarros o arena gruesa: un marco idílico para pasar unas horas alejado del mundo. El punto culminante del paseo está un poco más allá. No es precisamente un secreto: todos los viajeros de Internet hablan de "la famosa cueva de Wadi Shab". Se llega a ella nadando, siguiendo las sucesivas pozas hasta el fondo, donde la montaña forma una especie de callejón sin salida. Un poco a la izquierda, hay un pasillo de unos metros que sólo permite pasar la cabeza, el resto del cuerpo permanece sumergido, lo que permite nadar. Entras con cierto temor, con la mirada fija en la luz del fondo. De repente, llega la recompensa: una caverna al aire libre en la que cae una hermosa cascada: una piscina de pocos metros de diámetro, pero de una profundidad abismal, ¡enclavada en su propio entorno rocoso!
¿Lo sabías? Esta reseña ha sido escrita por nuestros autores profesionales.
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Opiniones de los miembros sobre WADI SHAB
Las calificaciones y reseñas a continuación reflejan las opiniones subjetivas de los miembros y no la opinión de The Little Witty.

