Monasterio de Santa María la Real

Este monasterio cisterciense, fundado en 1140 por Alfonso VII de Castilla, fue el primero de toda la Península Ibérica, lo que permitió que la orden del Císter se extendiera por los diferentes reinos cristianos de la península. Conserva su claustro, el refectorio, una hermosa sala capitular bajo arcos románicos, un palacio y la iglesia de Santa María la Real con sus notables bóvedas. Una verdadera joya del arte cisterciense con influencias árabes y cristianas.