Islote Sucre
Este islote de 5 hectáreas, flanqueado por majestuosas palmeras, cuenta con arena fina, aguas transparentes y bastante agitadas
Este islote de 5 hectáreas, también conocido como Johnny Cay, presume de arena fina, majestuosas palmeras y aguas cristalinas. Las lanzaderas le llevarán desde la Cooperativa de Lancheros, en la playa central. Como alternativa, las agencias locales pueden llevarle primero a Acuario (con Haynes Cay) antes de dirigirse a Johnny Cay. Desembarcar en la isla y subir al barco no es fácil: no hay muelle y se baja directamente al agua. No es muy adecuado para personas con movilidad reducida o niños pequeños. Nada más llegar a la isla, una docena de rastas le ofrecerán cócteles (coco loco, piña colada, fresa colada...) en cocos, o mangos salados y dulces (dulces elaborados con coco o caña de azúcar). También se puede pedir un plato de pescado a la sombra de una tienda. Unas pequeñas cabañas sirven de colorido bar con una pista de baile donde se puede participar en competiciones ambientadas con buena música reggae. Johnny Cay es un punto de encuentro dominical tanto para los lugareños como para los veraneantes. La isla suele estar abarrotada los fines de semana, por lo que es aconsejable llegar lo antes posible para aprovechar al máximo el lugar y conseguir sitio en la playa. Si busca soledad, puede dirigirse al otro extremo de la isla. La playa es más pequeña y menos bonita (aunque), pero apenas hay nadie. En la isla hay unas iguanas impresionantes, que se alimentan de las sobras de los restaurantes, y unos cuantos lagartos azules pequeños.