IGLESIA DE SAN NICOLÁS DE SHELCAN

Las paredes interiores de esta pequeña iglesia ortodoxa están totalmente cubiertas con frescos realizados por Onufri entre 1554 y 1555. La iglesia data del siglo XIV y se modificó en el siglo XVI. Aunque se construyó según el plano clásico de una basílica bizantina, con una ábside y techo de madera, sus dimensiones se adaptaron al terreno y a los escasos medios de sus comanditarios. Probablemente se erigió sobre una diócesis paleocristiana. Cuando Onufri pintó las paredes de esta iglesia, era ya un artista de renombre que llevaba unos veinte años en la profesión y ostentaba el título de arcipreste de Elbasan. El diseño es más sencillo de lo habitual en sus obras, pero encontramos su paleta de colores vivos, en particular su «rojo Onufri» tan brillante y sin igual. Sin embargo, los frescos padecen desde hace cinco siglos la humedad constante del macizo del Shpat. En 2013-2014, un equipo del Instituto de Monumentos (Tirana) realizó un gran trabajo de restauración.

Frescos. Aquí el pintor se concentró en un tema importante: la fuerza del Espíritu Santo. Y para respaldar este mensaje, los frescos se acompañan de textos pintados, de una longitud sin igual en la obra de Onufri. El muro de la izquierda está completamente cubierto de retratos de quince santos y del retrato completo de Gregorio Nacianceno, conocido como el Teólogo Obispo de Constantinopla en el siglo IV, que define la naturaleza divina del Espíritu Santo como parte de la Trinidad. El resto de las paredes están ocupadas por escenas bíblicas, como el nacimiento de Jesús o la Resurrección de Lázaro, así como por un gran friso que relata los episodios de la Pasión de Cristo. Entre ellos se reconoce Jesús entrando en Jerusalén el Domingo de Ramos, la Crucifixión, el descenso de la Cruz y, sobre todo, la Resurrección. Esta escena explota de colores brillantes, como para simbolizar la fuerza del Espíritu Santo.