MUSEO DE HISTORIA NATURAL
Un museo con una gran colección imperial de historia natural.
Es el homólogo del Kunsthistorisches Museum, justo enfrente, en la magistral Theresienplatz. Este museo es para las ciencias naturales lo que su vecino es para el arte. La gran colección imperial de historia natural se presenta aquí a través de un laberinto de salas dedicadas a los lagartos, las piedras preciosas, entre ellas el topacio más grande del mundo (117 kg), los esqueletos de dinosaurios... La colección procede de las expediciones financiadas por el emperador, muchas de las cuales se realizaron en el siglo XIX, pero también de la colección privada de la corona KuK, que fue suministrada en gran parte por el emperador Francisco I de Lorena, esposo de María Teresa. En 1750, había adquirido la rica colección del científico florentino Jean de Baillou. Ha nacido una pasión Se dice que el emperador visitaba cada día su colección de 30.000 fósiles y minerales. Fue él quien financió la primera expedición científica austriaca al extranjero. A su prematura muerte, María Teresa donó su colección al Estado. El edificio que lo alberga en la actualidad fue encargado por el emperador Francisco José I a los arquitectos Hasenauer y Semper. Se inauguró en 1889 y su fachada es una réplica de la de enfrente, que alberga el Museo de Bellas Artes. Estos dos flamantes edificios forman uno de los conjuntos arquitectónicos más emblemáticos de Viena.
Además de las habitaciones de los lagartos, que siempre causan efecto, sobre todo en los visitantes más jóvenes, el descubrimiento del mayor topacio del mundo es impresionante y muestra la importancia de cortar una piedra preciosa para revelar su brillo. También hay una colección de objetos prehistóricos procedentes de excavaciones arqueológicas, cuyo punto culminante es la Venus de Willendorf (Baja Austria), que atestigua la presencia de vida humana en las regiones austriacas hace más de 29.500 años. Hay una hermosa galería de esqueletos de dinosaurios, pero también de animales naturalizados extintos, desde reptiles hasta mamíferos, incluido el rhytine de Steller, un mamífero marino de la familia de los dugongos y manatíes, que desapareció hace más de 200 años. En 2014, con motivo del 125 aniversario de su Museo de Historia Natural, Viena adquirió un magnífico planetario para enviarnos también a las estrellas. Un proyector de alta tecnología en la cúpula permite a los visitantes abordar la Vía Láctea o los anillos de Saturno.
En supplément, énorme collection d'animaux empaillés provenant du monde entier !!!
Un chef d'œuvre de l'histoire naturelle !
Attention : les spectacles du planétarium sont juste des documentaires projetés sur un dôme... Pas des explications sur les constellations et la carte du ciel.