PASTICCERIA SORELLA

Abierta desde 1920, esta pastelería tiene la ventaja de contar con una pequeña terraza, con una bonita vista sobre una iglesia maciza con un encanto anticuado y un tejado ya desaparecido. Los dulces aquí son los mejores del barrio: sfogliatella, babà, zeppole (col frita con relleno de crema) son el éxito de esta dirección. El servicio es sonriente y el café excelente. La sala interior no ha cambiado desde la creación del lugar, el suelo de mármol es magnífico, está bien resaltado por la potente iluminación.